jueves, 8 de marzo de 2012

Arte basura - Tapies





Albert Boadella




No hubiera escrito nada si no fuera porque los medios se han lanzado, todos sin excepción, a la contaminación mental del ciudadano en una enésima versión del cuento del rey desnudo. Esta vez, se han empleado a fondo mediante una retahíla de tópicos, elevando un bricoleur de la modernidad a la altura de Goya, Picasso, Velázquez y cualquiera que se ponga por delante.


Tocaba proclamar la muerte del mayor pintor del siglo XX y ni una sola de las portadas o editoriales ha tenido la honestidad para expresar aquello que todos piensan. Porque, vamos a ver ¿Existe algún ser humano sensible, culto, sensato, inteligente, sin defectuosidad visual o simplemente con sentido común, al cual le guste Tapies? Obviamente, estamos hablando de pintura. Otra cosa es que por motivos colaterales o miméticos, su marketing haya estimulado un aumento de exquisitez en todos aquellos que muestran su fervor pero aquí entraríamos en el terreno de las patologías y los complejos.


Decir que sus obras son la más genuina representación de la nada, y además, de una nada fatua y pedante es arriesgarse a pasar por un ancestro, un cateto o un reaccionario.


Precisamente, esta ha sido la clave de su gran éxito y no hay otro. Sin embargo, es unicamente un éxito mediático, pues a pesar de llevar más de cincuenta años vendiéndonos su obra vinculada al sinónimo de libertad, modernidad y progresía, admitirán que el común de los ciudadanos sigue sin gustarle Tapies y se apunta a la mofa por poco que le incites ¡Si lo sabremos Joglars! También sabemos que con Tiziano, Rembrandt o Cezanne, no hubiera funcionado.


Comprendo que la realidad tiende a ser dolorosa y parece más agradable para los artistas evitar entrometerse en las fantasías de los exquisitos a fin de no salir denigrado pero la realidad clama al cielo. Una realidad en la que no es necesario ser vidente para anticipar lo que serán en el futuro las mercantiles ocurrencias de residuos urbanos bajo la firma Tapies ¿Quién recordará estas mezcolanzas de albañilería? Solo los que han pagado fortunas, convertidos ahora en accionistas de su obra y a los cuales les tocará la difícil tarea de mantener la cotización y vigilar que la mujer de la limpieza no eche los cartones garabateados a la basura (no sería la primera vez)


Un triste futuro, y que nadie me cite el cacareado caso Van Gogh o Modigliani como reconocimiento tardío porque estos pobres diablos no tuvieron medio siglo de propaganda y dinero del contribuyente a su servicio para promocionar las obras. Resulta lógico que el reconocimiento no acompañara sus vidas, por otro lado, unas vidas que nadie hubiera deseado tenerlas en el rellano de su escalera, lo que hacía también más complicada la comercialización.



Es posible que no sea del mejor gusto escribir esta necrológica pero las diversas apariciones de “Tapiolas” en alguna de nuestras obras bajo los términos antes mencionados me obligan a “mantenello y no enmendallo” frente a los epitafios idolatras e insultantes para el noble arte pictórico que han figurado en las portadas de todos los medios.
Que Dios le tenga en cuenta por haber participado en el gran teatro del mundo con su ejemplar versión de “El vestido nuevo del emperador”


http://www.elsjoglars.com/blog.php?post=513

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