viernes, 27 de junio de 2014

Cecilia Böhl de Faber - ¡Señor, aquí está Juan!

Había un hombre bueno, pero muy desgraciado. Cuanto emprendía le salía mal, y mientras con más fervor le rogaba a Dios todos los días cuando iba a misa para el logro de sus peticiones, más adversa le era la fortuna. Su mujer, y después sus hijos, enfermaron; rogó al Señor con sumo fervor los sanara, y se murieron; tuvo un pleito, del que pendía toda su fortuna; pidió al Señor con angustia el ganarlo, y lo perdió. Pero lejos de agriarse ni que decayese su devoción, se dijo:
 
-Está visto que el Señor no quiere que yo le pida nada; cúmplase su santa voluntad; no volveré a pedirle nada de cosas terrenas.

Y así fue, porque siempre que acababa de oír misa, se postraba ante la imagen del Señor a adorarle, sin decir más que «¡Señor, aquí está Juan!». Así siguió mientras duró su santa y desgraciada vida, repitiendo todos los días, postrado ante el  altar: «¡Señor, aquí está Juan!». 


Murió tranquilamente, y al llegar su alma al cielo repitió su humilde jaculatoria: «¡Señor, aquí está Juan!». Y al momento las puertas se abrieron de par en par. 



Cecilia Böhl de Faber, "Fernán Caballero" Incluye esta pequeña historia en su recopilación de Cuentos populares.

A su vez el Padre Coloma también recoge la historia, aunque recreándola en su relato "La resignación perfecta". 

Le da a uno que pensar mal, porque no deja de ser una invitación a aceptar la miseria de una vida, sin quejarse, que son cosas del "Señor de los cielos".
Se comprende que Emilia Pardo bazán lo calificase como integrista, pero aquí no todo es negro o blanco, merece matizarse y basta para ello lo que el propio Coloma añade a su texto:

(Por un lado el pobre resignado y su "alegre conformidad", por el otro lado el "rico caritativo")

 - "Porque la resignación del uno ha de apoyarse en la caridad del otro por ser ambas virtudes sagrados deberes impuestos por Dios, para mantener y dulcificar el orden admirable de su Providencia."
 
 Y nótense bien estás palabras de un famoso autor contemporáneo:
«Al perder el pobre la paciencia que le infundía la caridad, ha perdido la esperanza; y al perder la esperanza es cuando ha sentido en toda su brutal plenitud el derecho de la fuerza."

Por eso preguntamos nosotros: Qué faltó primero en España la caridad del poderoso o la resignación del desvalido ?
                                                    Luis Coloma


"Sé justo antes de ser generoso, sé humano antes de ser justo."  
                                      Cecilia Böhl de Faber


 

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