Fue un invierno tan duro que
nadie recuerda otro parecido [...] hasta pasada Semana Santa los campesinos no
pudieron volver a empezar a labrar sus campos.
HANS HEBERLE, Zeytregister [Diario], Ulm, Alemania, 1627
Aquí corren unos tiempos terribles; nadie es capaz de recordar una
hambruna y una mortalidad como éstas.
Funcionarios de la Compañía de las Indias Orientales,
Surat, India, 1631
Las generaciones futuras no creerán las penalidades, el dolor y la
miseria que estamos sufriendo los que ahora vivimos.
FRAY FRANCESCO VOERSIO DE CHERASCO,
Diario del contagio, Italia, 1631
Ha habido más muertes que nunca en la historia de la humanidad
HANS
CONRAD LANG, Tagebuch [Diario],
sur de Alemania, 1634
Jiangnan jamás ha experimentado un desastre de este tipo.
LU SHIYI, Zhixue lu [Diario], sur de China, 1641
Entre todos los extraños sucesos de desastres y rebeliones, no ha habido
ninguno peor que éste.
Gacetero del condado de Yizhou, norte de China, 1641
Toda la Monarquía tembló y se estremeció; pues se levantó con efecto
Portugal y Cataluña, y las Indias Orientales, y las Islas Terceras, y el
Brasil.
DON JUAN DE PALAFOX Y MENDOZA, virrey y capitán general
de Nueva España, México, 1641
Corren tiempos convulsos, y esta convulsión es universal: el Palatinado,
Bohemia, Alemania, Cataluña, Portugal, Irlanda, Inglaterra.
JEREMIAH WHITAKER, Ejrenopojos [El pacificador],
sermón, Inglaterra, 1643
Este tiempo es semejante a aquellos en que todas las naciones
trastornaron y dieron que sospechar a grandes espíritus se llegaba el último
período de los hombres.
Nicandro, panfleto, Madrid, España, 1643
Es cierto que hemos tenido muchos días negros en Inglaterra en épocas
anteriores, pero comparados con el presente serían como la sombra de una
montaña comparada con un eclipse de Luna.
JAMES
HOWELL, Collected letters [Epistolario], Inglaterra, 1647
El mundo entero está convulso. Son malos tiempos. Hay una gran
convulsión y la gente está preocupada.
Contribuyente anónimo, Moscú, Rusia, 1648
Hubo una gran hambruna en todo el mundo cristiano.
Anónimo, inscripción en la vieja
catedral de Sambor, Ucrania, 1648
Los precios de las vituallas y todo tipo de cereales son los más altos
que ninguna persona viva puede recordar... No se había visto nada igual en este
Reino hasta la fecha.
SIR JAMES
BALFOUR, «Some shorte memorialls and passages
of this yeire»[«Algunos memoriales cortos y pasajes
de este año »], Escocia, 1649
Si hubiera que creer en el Juicio Final, diría que está teniendo lugar
justo ahora.
RENAUD DE SÉVIGNÉ, juez, carta, París, Francia, 1652
Los elementos, servidores de un Dios iracundo, se combinan para acabar
con el resto de la humanidad. Las montañas escupen fuego, la tierra tiembla,
las plagas contaminan el aire.
JEAN-NICOLAS DE PARIVAL, Abrégé de l’histoire de ce Siècle de Fer
[Breve historia de este Siglo de Hierro], Bruselas,
sur de los Países Bajos, 1653
Un tercio del mundo ha muerto.
ANGÉLIQUE ARNAULD, abadesa de
Port-Royale-des-Champs, carta, Francia, 1654
Port-Royale-des-Champs, carta, Francia, 1654
Apenas tuve conciencia de mí mismo en este mundo, me sentí en medio de
una tormenta que ha durado casi hasta la fecha.
JOHN LOCKE, «Primer tratado...»,
Dos tratados sobre el gobierno civil, Londres, 1660
Dos tratados sobre el gobierno civil, Londres, 1660
Debido a la sequía que Dios nos ha enviado, queríamos vender nuestra
propiedad a nuestros parientes, pero éstos la rechazaron y nos dejaron morir de
hambre.
GAVRIL NITĂ, campesino, Moldavia, 1660
Transilvania nunca había experimentado una miseria como la de este año
pasado.
MIHAIL TELEKI, canciller de Transilvania,
Journal [Diario], 1661
En todas las ciudades de Anatolia aparecieron tantos profetas y
profetisas que todo el mundo creía sinceramente que había llegado el fin del
mundo [...]. Éstos fueron sin duda hechos y maravillas milagrosas, como nunca
los había habido desde el día en que se creó el mundo.
LEIB BEN OYZER, Beschraybung fun Shabsai Zvi [Descripción de Sabbatai
Zevi], sobre los hechos acaecidos en el Imperio otomano en 1665-1666
El mundo estuvo en llamas desde que yo tenía quince años [1638] hasta
que cumplí dieciocho.
ENOMOTO YAZAEMON, Oboegaki [Memoranda],
Saitama, Japón, 1670
No tengo miedo de ver a los muertos, y es por todos los que vi durante
la hambruna de 1641-1642.
YAO TINGLIN, Linian ji [Relato de años sucesivos],
Shanghái, China, c. 1670
La zona estaba tan desolada y yerma que mucha gente no tenía en valor su
vida [...]. No había día que uno no se enterara de que alguien se había colgado
de una viga. Cada tanto, otros se cortaban el cuello o se tiraban al río.
HUANG LIUHONG, Fuhui quanshu [Libro completo
sobre la felicidad y la benevolencia], sobre los
acontecimientos en Shandong, China, c. 1670
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