sábado, 7 de diciembre de 2013

Lawrence de Arabia y la (no) batalla de Sol


En 1929, los responsables de la Enciclopedia Británica propusieron a T.E. Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, que redactara la voz “guerrilla” de su decimocuarta edición. 



Lawrence expuso en el texto los fundamentos teóricos de la guerrilla árabe contra el dominio turco que él mismo dirigió entre 1916 y 1918. En Acuarela Libros publicamos ese maravilloso texto en 2004, acompañado de un estudio complementario a cargo de uno de los miembros del colectivo italiano de escritores Wu Ming, en concreto Wu Ming 4 (por cierto, este otoño publicaremos Estrella de la mañana, la novela de Wu Ming 4 que cuenta con Lawrence como personaje principal). Puedes leer Guerrilla entero aquí.

Mientras releía el librito estos días (apenas sesenta páginas) no podía quitarme de la cabeza en ningún momento las imágenes de lo que vivimos en Madrid durante la primera semana de agosto: la ocupación policial de Sol, las manifestaciones masivas circulando por el centro de Madrid en pleno agosto y la liberación final de la plaza la noche del 5, otra de esas jornadas de fiesta genuina a las que nos está mal acostumbrando el 15-M.

Si una cosa me llevaba a la otra es porque las resonancias son poderosas: nuestra victoria fue la de Lawrence. Entresaco algunas citas de los dos textos, intercalando mis propias reflexiones sobre la no-batalla de Sol. ¿Qué es eso de no-batalla? Es el concepto central de la guerrilla de Lawrence: el conflicto a distancia, que nunca ofrece un blanco al adversario.

La victoria se debe sobre todo una acción intelectiva, a un cambio arbitrario de perspectiva, que no desafía la fuerza del enemigo, sino que la hace vana, la sortea y la vuelve inútil (WM)
Si un punto geométrico particular del mapa del teatro bélico es de importancia estratégica, la victoria no consiste necesariamente en conquistar ese punto, en el que el enemigo se siente inatacable, sino más bien en modificar el mapa entero para convertirlo en un punto de importancia secundaria (WM)

Desplazar la acción a otra parte, insistir en otros puntos, irse a otro sitio y dejar al enemigo que defienda atrincherado un lugar que se ha vuelto inservible. La movilidad cuenta más que la fuerza (WM)

La guarnición de Medina se hallaba encerrada en sus trincheras, desperdiciando su capacidad de maniobra, comiéndose a los animales que ya no sabían cómo alimentar. Les habíamos arrebatado toda capacidad de hacernos daño y, sin embargo, aún seguíamos empeñados en arrebatarles la ciudad. Pero, ¿para hacer qué? Allí eran inofensivos. Desde todos los puntos de vista estaban mejor donde estaban. ¡Dejadles, pues! (L)

Sol fue nuestra Medina. El martes día 2 de agosto desalojaron de malos modos los restos de la acampada y el punto de información. Prácticamente presentaron la operación policial como una operación de limpieza: arrancaron por ejemplo nuestra hermosa placa y la arrojaron a un contenedor. Y así nos sentimos muchos: borrados del mapa sin mediar palabra, como si sólo fuésemos basura, como si no hubiéramos existido nunca. ¡Ya quisieran!

Decidimos demostrarles que se equivocaban y ese mismo día por la tarde nos autoconvocamos pacíficamente en Sol, ya ocupado por la policía. Eramos muchísimos, más de lo que ningún cálculo había podido anticipar. La primera idea era “reconquistar” la plaza, pero se trataba de un objetivo imposible. La relación de fuerzas nos era claramente desfavorable. Durante un largo rato estuvimos allí parados, haciendo ruido frente a los cordones que la policía había establecido en cada una de las nueve arterias de la plaza. Qué hacer…

De pronto un grito: “ciao ciao ciao, nos vamos a Callao”. La consigna prende. Adiós, nos vamos, ahí os quedáis. En lugar de hacer frente, damos la espalda. Un leve giro y, tachán, Madrid entero es nuestro. Empezamos a circular: primero Callao, pero luego también Gran Vía, Alcalá, Paseo del Prado, Atocha, asamblea multitudinaria en la Plaza Mayor a medianoche… Varios miles de personas, pero ni una sola bandera o sigla, mezcla y diversidad, anonimato puro. Cambio de perspectiva, cambio de escenario, cambio de interlocutores, cambio de afectos. Ya no le gritamos nuestra rabia a la policía impasible, sino que nos hacemos presentes por toda la ciudad. Transformamos una situación de impotencia en potencia. Alegría del regate. Tenía razón Lawrence: entrar en Sol, ¿para qué?



Permanecer siempre en un lugar distinto al del enemigo, obligarlo a desangrarse, hacer cada vez más cara la defensa y el mantenimiento de sí mismo, hasta el colapso moral y económico (WM)

Nosotros no teníamos bienes materiales que perder; por eso nuestra mejor línea de conducta era no defender nada y no disparar contra nadie. Nuestras bazas eran la rapidez y el tiempo, no la potencia de fuego (L)

La guarnición de policías de Sol se queda encerrada en su trinchera, protegiendo el vacío. Un día, dos días, tres… Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo. ¿Y ellos? Todo esto tiene su coste, que se multiplica cada día que pasa. ¿Qué imagen de Madrid se está transmitiendo al mundo entero? ¿Qué pasa con los negocios que hay en la propia plaza? ¿Cuánto tiempo se puede mantener el centro de la ciudad (también turístico y comercial) cerrado a la circulación de las personas? El propio dispositivo no es sostenible: los policías tienen que hacer horas extras, no hay suficiente reserva para los relevos, el agotamiento se hace cada vez más evidente, el Sindicato de Policía (SUP) emite un comunicado criticando con mucha dureza la decisión de ocupar Sol. “Se veían obligados a comerse a los animales que ya no sabían como alimentar…”. Todo el tinglado se viene abajo cuatro días después, la noche del viernes entramos felices en la plaza liberada y nos volvemos a marchar unas horas después, sin reinstalar el puesto de información. ¿Para qué? “Cada guerrillero es un centro de comunicaciones”. Es la mejor prueba de que no se trata de una cuestión de propiedad sobre el territorio.


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