El fraude, la estructura impositiva española y la crisis reducen la recaudación en unos 70.000 millones
JAVIER CUARTAS
«El problema más importante de las administraciones públicas es que no tienen ingresos», dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Nueva York hace una semana. Dos meses antes, el 19 de julio, su ministro de Hacienda, Cristóbal_Montoro, afirmó que la recaudación fiscal en España se derrumbó en 70.000 millones a causa de la crisis y que la caída de los ingresos estatales es un «drama nacional». Y el pasado miércoles, Montoro denunció el «aumento considerable» de la economía sumergida y del fraude fiscal en España como factor adicional que está agravando la penuria de las administraciones.
Durante cuatro años de crisis se alimentó la tesis según la cual el Estado se había vuelto manirroto y que de ahí procedían los males nacionales. Pero el gasto público español sigue siendo 10 puntos de PIB inferior a la media europea, y ello pese al creciente desembolso -sin parangón en otros países- por el alza del coste del paro y del servicio de la deuda, dos capítulos de gasto que suponen 67.000 millones. Por el contrario, en 2011 España fue el segundo país de los 17 del euro cuya recaudación por impuestos fue menor en relación a su PIB.
Ahora el Gobierno admite, tras aprobar recortes de gasto por 70.000 millones -y que se suman a los 15.000 ejecutados por el anterior Ejecutivo- que el déficit público no acaba de controlarse, sobre todo por el derrumbe de los ingresos.
Parte del problema procede de la crisis. Los llamados estabilizadores automáticos de la economía (aumento del gasto en desempleo y merma de la recaudación fiscal por la caída de la actividad) generan déficit. A ello se suma que las políticas de austeridad también contribuyen, paradójicamente, al descubierto que tratan de atajar. Los recortes presupuestarios frenan más la economía. Se estima que el déficit aumenta 0,8 puntos de PIB por minoración de ingresos por cada punto de PIB_que decrece la actividad.
Pero los males vienen de más atrás. A partir de 1996 con el PP y de 2004 con el PSOE, sus gobiernos y algunas de sus autonomías compitieron en bajar, suprimir y exonerar impuestos, según la tesis liberal de que así se recauda más. De este modo, la financiación del Estado y de los servicios públicos se hizo cada vez más dependiente de los ingresos tributarios procedentes de la «burbuja» inmobiliaria, a la que la propia reducción tributaria contribuyó, junto con los bajos tipos de interés, a alimentar. Pero ese chorro inmenso de dinero se disipó con el desplome de la edificación y esto ha hundido los ingresos del Estado.
Sin embargo, la recaudación tributaria española jamás logró acercarse a la media europea ni en los años cumbre de la economía nacional (2005-2007). España ha estado recaudando durante décadas entre 8 y 4 puntos de PIB_por debajo del promedio de la eurozona.
A ello no sólo contribuye el modelo tributario español, sino también que España es uno de los tres países de la UE (con_Grecia e Italia) con mayor evasión fiscal del continente.
En julio,_Montoro justificó la subida del IVA para compensar el fraude._Y ello aunque hasta 2010 el tipo general del IVA español era el tercero más bajo de la UE.
Los datos de recaudación apuntan que, salvo excepciones, son los países del Norte -los que mejor se están defendiendo en esta crisis- los que más presión fiscal soportan.
http://www.farodevigo.es/economia/2012/10/02/desplome-ingresos-tributarios/689841.html
«El problema más importante de las administraciones públicas es que no tienen ingresos», dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Nueva York hace una semana. Dos meses antes, el 19 de julio, su ministro de Hacienda, Cristóbal_Montoro, afirmó que la recaudación fiscal en España se derrumbó en 70.000 millones a causa de la crisis y que la caída de los ingresos estatales es un «drama nacional». Y el pasado miércoles, Montoro denunció el «aumento considerable» de la economía sumergida y del fraude fiscal en España como factor adicional que está agravando la penuria de las administraciones.
Durante cuatro años de crisis se alimentó la tesis según la cual el Estado se había vuelto manirroto y que de ahí procedían los males nacionales. Pero el gasto público español sigue siendo 10 puntos de PIB inferior a la media europea, y ello pese al creciente desembolso -sin parangón en otros países- por el alza del coste del paro y del servicio de la deuda, dos capítulos de gasto que suponen 67.000 millones. Por el contrario, en 2011 España fue el segundo país de los 17 del euro cuya recaudación por impuestos fue menor en relación a su PIB.
Ahora el Gobierno admite, tras aprobar recortes de gasto por 70.000 millones -y que se suman a los 15.000 ejecutados por el anterior Ejecutivo- que el déficit público no acaba de controlarse, sobre todo por el derrumbe de los ingresos.
Parte del problema procede de la crisis. Los llamados estabilizadores automáticos de la economía (aumento del gasto en desempleo y merma de la recaudación fiscal por la caída de la actividad) generan déficit. A ello se suma que las políticas de austeridad también contribuyen, paradójicamente, al descubierto que tratan de atajar. Los recortes presupuestarios frenan más la economía. Se estima que el déficit aumenta 0,8 puntos de PIB por minoración de ingresos por cada punto de PIB_que decrece la actividad.
Pero los males vienen de más atrás. A partir de 1996 con el PP y de 2004 con el PSOE, sus gobiernos y algunas de sus autonomías compitieron en bajar, suprimir y exonerar impuestos, según la tesis liberal de que así se recauda más. De este modo, la financiación del Estado y de los servicios públicos se hizo cada vez más dependiente de los ingresos tributarios procedentes de la «burbuja» inmobiliaria, a la que la propia reducción tributaria contribuyó, junto con los bajos tipos de interés, a alimentar. Pero ese chorro inmenso de dinero se disipó con el desplome de la edificación y esto ha hundido los ingresos del Estado.
Sin embargo, la recaudación tributaria española jamás logró acercarse a la media europea ni en los años cumbre de la economía nacional (2005-2007). España ha estado recaudando durante décadas entre 8 y 4 puntos de PIB_por debajo del promedio de la eurozona.
A ello no sólo contribuye el modelo tributario español, sino también que España es uno de los tres países de la UE (con_Grecia e Italia) con mayor evasión fiscal del continente.
En julio,_Montoro justificó la subida del IVA para compensar el fraude._Y ello aunque hasta 2010 el tipo general del IVA español era el tercero más bajo de la UE.
Los datos de recaudación apuntan que, salvo excepciones, son los países del Norte -los que mejor se están defendiendo en esta crisis- los que más presión fiscal soportan.
http://www.farodevigo.es/economia/2012/10/02/desplome-ingresos-tributarios/689841.html
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