domingo, 12 de octubre de 2014

Parker Geoffrey - El Siglo Maldito



 Fue un invierno tan duro que nadie recuerda otro parecido [...] hasta pasada Semana Santa los campesinos no pudieron volver a empezar a labrar sus campos.
HANS HEBERLE, Zeytregister [Diario], Ulm, Alemania, 1627
Aquí corren unos tiempos terribles; nadie es capaz de recordar una hambruna y una mortalidad como éstas.
 
Funcionarios de la Compañía de las Indias Orientales,
Surat, India, 1631
 
Las generaciones futuras no creerán las penalidades, el dolor y la miseria que estamos sufriendo los que ahora vivimos.
 
FRAY FRANCESCO VOERSIO DE CHERASCO,
Diario del contagio, Italia, 1631
 
Ha habido más muertes que nunca en la historia de la humanidad
 
HANS CONRAD LANG, Tagebuch [Diario],
sur de Alemania, 1634
 
Jiangnan jamás ha experimentado un desastre de este tipo.
 
LU SHIYI, Zhixue lu [Diario], sur de China, 1641
 
Entre todos los extraños sucesos de desastres y rebeliones, no ha habido ninguno peor que éste.
 
Gacetero del condado de Yizhou, norte de China, 1641
 
Toda la Monarquía tembló y se estremeció; pues se levantó con efecto Portugal y Cataluña, y las Indias Orientales, y las Islas Terceras, y el Brasil.
 
DON JUAN DE PALAFOX Y MENDOZA, virrey y capitán general
de Nueva España, México, 1641
 
Corren tiempos convulsos, y esta convulsión es universal: el Palatinado, Bohemia, Alemania, Cataluña, Portugal, Irlanda, Inglaterra.
 
JEREMIAH WHITAKER, Ejrenopojos [El pacificador],  
sermón, Inglaterra, 1643
 
Este tiempo es semejante a aquellos en que todas las naciones trastornaron y dieron que sospechar a grandes espíritus se llegaba el último período de los hombres.
 
Nicandro, panfleto, Madrid, España, 1643
 
Es cierto que hemos tenido muchos días negros en Inglaterra en épocas anteriores, pero comparados con el presente serían como la sombra de una montaña comparada con un eclipse de Luna.
 
JAMES HOWELL, Collected letters [Epistolario], Inglaterra, 1647
 
El mundo entero está convulso. Son malos tiempos. Hay una gran convulsión y la gente está preocupada.
 
Contribuyente anónimo, Moscú, Rusia, 1648
 
Hubo una gran hambruna en todo el mundo cristiano.
 
Anónimo, inscripción en la vieja
catedral de Sambor, Ucrania, 1648
 
Los precios de las vituallas y todo tipo de cereales son los más altos que ninguna persona viva puede recordar... No se había visto nada igual en este Reino hasta la fecha.
 
SIR JAMES BALFOUR, «Some shorte memorialls and passages
of this yeire»[«Algunos memoriales cortos y pasajes
de este año »], Escocia, 1649
 
Si hubiera que creer en el Juicio Final, diría que está teniendo lugar justo ahora.
 
RENAUD DE SÉVIGNÉ, juez, carta, París, Francia, 1652
 
Los elementos, servidores de un Dios iracundo, se combinan para acabar con el resto de la humanidad. Las montañas escupen fuego, la tierra tiembla, las plagas contaminan el aire.
 
JEAN-NICOLAS DE PARIVAL, Abrégé de l’histoire de ce Siècle de Fer
[Breve historia de este Siglo de Hierro], Bruselas,
sur de los Países Bajos, 1653
 
Un tercio del mundo ha muerto.
 
ANGÉLIQUE ARNAULD, abadesa de
Port-Royale-des-Champs, carta, Francia, 1654
 
Apenas tuve conciencia de mí mismo en este mundo, me sentí en medio de una tormenta que ha durado casi hasta la fecha.
 
JOHN LOCKE, «Primer tratado...»,
Dos tratados sobre el gobierno civil, Londres, 1660
 
Debido a la sequía que Dios nos ha enviado, queríamos vender nuestra propiedad a nuestros parientes, pero éstos la rechazaron y nos dejaron morir de hambre.
GAVRIL NITĂ, campesino, Moldavia, 1660
 
Transilvania nunca había experimentado una miseria como la de este año pasado.
MIHAIL TELEKI, canciller de Transilvania,
Journal [Diario], 1661
 
En todas las ciudades de Anatolia aparecieron tantos profetas y profetisas que todo el mundo creía sinceramente que había llegado el fin del mundo [...]. Éstos fueron sin duda hechos y maravillas milagrosas, como nunca los había habido desde el día en que se creó el mundo.
 
LEIB BEN OYZER, Beschraybung fun Shabsai Zvi [Descripción de Sabbatai Zevi], sobre los hechos acaecidos en el Imperio otomano en 1665-1666
 
El mundo estuvo en llamas desde que yo tenía quince años [1638] hasta que cumplí dieciocho.
 
ENOMOTO YAZAEMON, Oboegaki [Memoranda],
Saitama, Japón, 1670
 
No tengo miedo de ver a los muertos, y es por todos los que vi durante la hambruna de 1641-1642.
 
YAO TINGLIN, Linian ji [Relato de años sucesivos],  
Shanghái, China, c. 1670
 
La zona estaba tan desolada y yerma que mucha gente no tenía en valor su vida [...]. No había día que uno no se enterara de que alguien se había colgado de una viga. Cada tanto, otros se cortaban el cuello o se tiraban al río.
 
HUANG LIUHONG, Fuhui quanshu [Libro completo  
sobre la felicidad y la benevolencia], sobre los
acontecimientos en Shandong, China, c. 1670
 

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