sábado, 24 de abril de 2010

ECONOMIA - 2 (La historia inacabada del euro - Pedro Montes)



Diego Guerrero: LA HISTORIA INACABADA DE LA IZQUIERDA
- Profesor de Economía en la Universidad Complutense de Madrid
(Reseña del libro de Pedro Montes: La historia inacabada del euro, Madrid: Trotta, 2001)


Diego Guerrero: LA HISTORIA INACABADA DE LA IZQUIERDA

La Historia inacabada del euro consta de cinco capítulos donde el autor va acertadamente entremezclando los análisis de la economía europea y de la economía española desde la época de las crisis del Sistema Monetario Europeo que casi coincidieron con el Tratado de Maastricht. En opinión del autor, la introducción del euro puede considerarse un "parto prematuro" (p. 22), y, si se me permite jugar con la metáfora, yo añadiría que del libro de sesprende que se trata de un parto en un contexto de inestabilidad familiar donde el matrimonio no del todo bien avenido que forman los 15 países de la UE parece estar abocado a sufrir nuevos abortos, desbarates y/o sietemesinos, debido a las desavenencias existentes entre los múltiples cónyuges actuales, que se están viendo empujados por el pater familias, Alemania, a una expansión que no sólo es más propia de un harén oriental --la ampliación hacia el Este-- que de una educada y conservadora buena familia cristiana occidental, sino que corre el riesgo de dirigir esta convivencia hacia un campo de minas a punto de estallar, ya que la estrategia elegida "es lo mismo que renunciar a la unidad política europea" (p. 17). Esto, además de suponer grandes riesgos para la evolución futura del euro, significa que la economía de la UE estará liberada de cualquier atadura política que permita suavizar la dureza que la unidad económica tiene para los sectores económicos más débiles --los trabajadores y sus representantes ideológicos de izquierda-- si no se ve frenada por el bozal institucional que suponen las medidas sociales tomadas por los gobiernos, máxime cuando todo ello se realiza en el contexto de una ofensiva neoliberal contra los derechos sociales adquiridos por la ciudadanía europea (y española).



Tres son, a mi juicio, las grandes aportaciones de este importante libro a las que el lector debería prestar especial atención:



1. Señala correctamente los peligros que supone el euro para las economías europea y española. En efecto, el autor insiste en que el destino final del euro es todavía una incógnita, ya que aparece viciado desde su nacimiento por haber sido el fruto de una voluntad puramente "política" más que de la maduración de las condiciones económicas dentro de la UE. Señala con acierto que los cambios fundamentales que introduce la Europa del euro son la fijación de un tipo de cambio irrevocable y de una política monetaria única (con el consiguiente traspaso de soberanía desde los bancos centrales nacionales al banco central europeo), que actuarán como una inmisericorde camisa de fuerza cada vez que las economías más débiles de la UE --entre las que se cuenta España-- se vean sometidas, por su inferior posición competitiva, a los embates de la violencia competitiva creciente en el mercado mundial y a los potenciales factores de crisis a ella asociados.



2. El autor lleva a cabo también un coherente análisis de clase de la Europa neoliberal, haciendo resaltar los hitos y aspectos más relevantes en el proceso de construcción desarrollado desde Maastricht hasta la introducción definitiva del euro (que tendrá lugar en los próximos meses). En este sentido, aparece el Pedro Montes que tanto desde su puesto de trabajo en el Servicio de estudios del Banco de España como en el seno de CCOO y en la dirección de Izquierda Unida y otras organizaciones de la izquierda ha dejado oír su voz en defensa de los trabajadores y en contra de las estrategias antiobreras de los capitalistas y de las políticas económicas desplegadas por los gobiernos que están a su servicio.
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- A veces la crítica de la Europa unida no es del todo objetiva. Por ejemplo, se achaca al "mercado único" que sea un "marco propicio para degradar los derechos laborales y sociales" (p. 97), olvidando que Japón y Estados Unidos nos han demostrado durante décadas que no hace falta un mercado único para dicha degradación. O se achaca al euro "la necesidad de implantar políticas regresivas desde el momento en que las pérdidas de competitividad (...) no podrán compensarse a través de la devaluación de las monedas (...)" (p. 98), como si en el Reino Unido o en Argentina no se usaran estos mismos argumentos sin necesidad de recurrir al euro. Es verdad que el tipo de cambio inamovible y la política monetaria centralizada son mecanismos que facilitan la uniformación política y económica, pero lo son más como resultado del desarrollo de las fuerzas productivas sociales que como consecuencia de una lógica puramente capitalista. La "preservación de la competitividad por la vía de aumentar la explotación de los trabajadores" (p. 137) es una carta que tiene en la manga la Europa del euro, por supuesto, pero que también tenían, antes del euro, los capitalistas europeos y españoles y sus gobiernos.
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La izquierda española y europea tiene que aclarar sus ideas si pretende que la población le haga caso. Por ejemplo, si se escribe que "la libertad absoluta de los movimientos de capital (...) han generado una densa nube financiera, cuya intrínseca inestabilidad constituye un rasgo esencial de la actual situación económica mundial" (pp. 193-4), hay que aclarar a continuación si lo que a uno le preocupa es la "libertad absoluta" de esos movimientos de capital (lo que reclaman los neoliberales), o sólo controlar su excesiva "libertad" o el excesivo "movimiento" de los mismos (los socialistas, es decir, los liberales de hoy), o bien, como en el caso de Marx y sus pocos seguidores contemporáneos, le preocupa a uno el capital y su existencia. No se puede decirle a la gente que tiene que ser de izquierda y a continuación enseñarle que ser de izquierda es defender lo que defienden un Soros, un Tobin o un Cavallo. No se puede santificar al liberal Keynes para tener un arma con la que atacar al liberal Hayek. Los liberales de izquierda y de derecha (véase el caso de Toledo y Vargas Llosa en Perú) siempre estarán juntos por la falsa libertad, hueca, formal y burguesa. Los críticos del liberalismo debemos estar a favor de las libertades llenas de contenido, concretas, reales y antiburguesas.
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[1] La última fase del libro consiste precisamente en la afirmación de que al euro le espera un futuro peor "tanto en el Estado español como en el resto de los países europeos" (p. 196).


URL - EURO - 1

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