"Y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina". Y el doctor responde: "¿Pues por qué no lo mete en un manicomio?". Y el tipo le dice: "Lo haría, pero necesito los huevos". Pues, eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, saben, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos." Woody Allen (Annie Hall)
domingo, 17 de marzo de 2013
Miedo a pedir un café en un bar
El hombre es un ser social, pero no todo el mundo tiene la misma capacidad para relacionarse con otros.
Para algunos, pensar siquiera en responder a una pregunta en clase, pedir su número en una zapatería o hacer una entrevista de trabajo implica una presión tal que les paraliza, imposibilitándolos para llevar a cabo cosas que deben o quieren hacer.
No estamos hablando de timidez, sino de un miedo patológico a enfrentarse a situaciones sociales conocida como ansiedad social. "Hablamos de gente que quiere relacionarse pero no pueden. Les cuesta hablar con otros, expresarse en público o no saben decir que no, lo que frecuentemente les hace ponerse rojos, tener palpitaciones o sudores", explica el profesor titular de la Universidad de Jaén (UJA) Luis Joaquín García López, que acaba de publicar un libro sobre este trastorno, el tercero más común después de la depresión y el abuso de alcohol y otras sustancias.
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