En '¿Qué fue la guerra civil?' de Juan Benet (RBA), el escritor, dado a hermetismos y prolongada sintaxis y subordinación ofrece su vertiente más accesible.
O sea, su vertiente ensayística. Este librito didáctico sobre la historia táctica y militar de los tres años de dramones, polvorín y ruina con título interrogante puede dar pie para otra pregunta: ¿qué ha sido la guerra civil para nuestras letras? Habla a elmundo.es Rafael Reig, que ha ganado la última edición del Premio Tusquets con estos materiales atávicos en 'Todo está perdonado': "Es un género que se extingue. Mi novela no pertenece a él, puesto que yo considero la Guerra Civil como lucha de clases, un episodio armado de la lucha de clases en España, y como tal, no ha terminado, sigue siendo vigente, seguimos en la misma guerra".
La cierta hipnosis de nuestros literatos sobre esta contienda ha producido infinidad de títulos que hasta allí han rebobinado. Un ejemplo señalable y reciente es 'La noche de los tiempos' de Antonio Muñoz Molina. El académico jienense se explica: "Mi aproximación a esos tiempos creo que es la opuesta a la de Benet: él quiere mitologizar la guerra civil, despojarla casi de temporalidad histórica. Lo que yo quise fue ver algunos de esos episodios (mi novela trata solo aspectos muy parciales del principio de la guerra, y de sus vísperas) como si estuvieran sucediendo en presente. O más bien, imaginar qué veían y qué sentían los que estaban viviéndolos, en el puro presente, sin las ventajas falsas del recuerdo o de la recreación histórica".
¿Y qué es lo que no perdona Rafael Reig en una novela sobre la Guerra Civil (de ayer, de hoy, de siempre)? "Lo mismo que en una novela sobre marcianos: lo imperdonable es el cliché y también el miedo a decir algo que pueda ser cuestionado. Con miedo a equivocarse, sólo se dice lo obvio, lo que nadie puede discutir y, por tanto, se borra al interlocutor, ya que su única opción es estar de acuerdo. Si sólo dices que la guerra es mala, que la ganaron los malos y que hicieron sufrir mucho a los buenos, ¿para qué molestarte en escribir?"
Muñoz Molina opina: "Una guerra, una guerra civil, es un episodio muy traumático, que deja rastro durante generaciones. Lo extraño sería que no siguiera hipnotizando. Piense en todas las novelas que se han escrito y se escriben sobre la II Guerra Mundial, o sobre la guerra civil americana, incluso. Hace sólo unos años Doctorow publicó una excelente, 'The march'. En los estados del Sur todavía es un asunto candente".
Y a cuenta de esto último ("el viejo Sur"), podemos citar nuevamente a Reig: "Una guerra civil siempre es sexy, que se lo pregunten a Faulkner. En las guerras civiles, la línea del frente atraviesa las familias, las ciudades y hasta muchos dormitorios. Cuando termina, vencedores y vencidos siguen viviendo juntos, lo que aumenta la miseria moral y garantiza buenos conflictos y una lectura apasionante. Las guerras entre estados son perfectas para el cine, porque la acción y los uniformes dan muy bien. Las guerras civiles, por su espesor de sentimientos y la fractura moral en el país que las sufre, sólo pueden narrarse en la literatura, el cine no es capaz de mostrar su complejidad, su perduración y las consecuencias en ámbitos difíciles de mostrar en pantalla".
De la "Conclusión" de Benet extraemos: "[La Guerra Civil] fue una guerra de atrición, pensada para durar y dañar y llevada a la práctica con la técnica de la apisonadora". Después: "... ejemplo único en la Historia de lo que un pueblo nunca debe hacer". Este ejemplo único sigue teniendo demanda bibliófila.
La editorial RBA tuvo una insospechada alegría comercial con 'Historia de la guerra civil española', del militar republicano Vicente Rojo. Si miran la lista de los 'best-sellers' del momento verán 'Riña de gatos' o 'El tiempo entre costuras'. Rebobine, por favor.
O sea, su vertiente ensayística. Este librito didáctico sobre la historia táctica y militar de los tres años de dramones, polvorín y ruina con título interrogante puede dar pie para otra pregunta: ¿qué ha sido la guerra civil para nuestras letras? Habla a elmundo.es Rafael Reig, que ha ganado la última edición del Premio Tusquets con estos materiales atávicos en 'Todo está perdonado': "Es un género que se extingue. Mi novela no pertenece a él, puesto que yo considero la Guerra Civil como lucha de clases, un episodio armado de la lucha de clases en España, y como tal, no ha terminado, sigue siendo vigente, seguimos en la misma guerra".
La cierta hipnosis de nuestros literatos sobre esta contienda ha producido infinidad de títulos que hasta allí han rebobinado. Un ejemplo señalable y reciente es 'La noche de los tiempos' de Antonio Muñoz Molina. El académico jienense se explica: "Mi aproximación a esos tiempos creo que es la opuesta a la de Benet: él quiere mitologizar la guerra civil, despojarla casi de temporalidad histórica. Lo que yo quise fue ver algunos de esos episodios (mi novela trata solo aspectos muy parciales del principio de la guerra, y de sus vísperas) como si estuvieran sucediendo en presente. O más bien, imaginar qué veían y qué sentían los que estaban viviéndolos, en el puro presente, sin las ventajas falsas del recuerdo o de la recreación histórica".
¿Y qué es lo que no perdona Rafael Reig en una novela sobre la Guerra Civil (de ayer, de hoy, de siempre)? "Lo mismo que en una novela sobre marcianos: lo imperdonable es el cliché y también el miedo a decir algo que pueda ser cuestionado. Con miedo a equivocarse, sólo se dice lo obvio, lo que nadie puede discutir y, por tanto, se borra al interlocutor, ya que su única opción es estar de acuerdo. Si sólo dices que la guerra es mala, que la ganaron los malos y que hicieron sufrir mucho a los buenos, ¿para qué molestarte en escribir?"
Max Aub, on the top
Santos Sanz Villanueva, catedrático de la Universidad Complutense y crítico de EL MUNDO hace repaso: "Para mí, la mejor y más completa novelación de la guerra fue el ciclo de los 'Campos', de Max Aub, en el que figura una obra excepcional, a medias crónica y a medias recreación imaginativa, 'Campo de los almendros'. Muñoz Molina también destaca a Aub, concretamente 'El laberinto mágico'. Además 'Días de llamas', de Juan Iturralde, 'Largo noviembre de Madrid', de Juan Eduardo Zúñiga, 'A sangre y fuego', de Chaves Nogales, y 'Luna de lobos'. No es muy fan de Benet, el novelista jinense.Muñoz Molina opina: "Una guerra, una guerra civil, es un episodio muy traumático, que deja rastro durante generaciones. Lo extraño sería que no siguiera hipnotizando. Piense en todas las novelas que se han escrito y se escriben sobre la II Guerra Mundial, o sobre la guerra civil americana, incluso. Hace sólo unos años Doctorow publicó una excelente, 'The march'. En los estados del Sur todavía es un asunto candente".
Y a cuenta de esto último ("el viejo Sur"), podemos citar nuevamente a Reig: "Una guerra civil siempre es sexy, que se lo pregunten a Faulkner. En las guerras civiles, la línea del frente atraviesa las familias, las ciudades y hasta muchos dormitorios. Cuando termina, vencedores y vencidos siguen viviendo juntos, lo que aumenta la miseria moral y garantiza buenos conflictos y una lectura apasionante. Las guerras entre estados son perfectas para el cine, porque la acción y los uniformes dan muy bien. Las guerras civiles, por su espesor de sentimientos y la fractura moral en el país que las sufre, sólo pueden narrarse en la literatura, el cine no es capaz de mostrar su complejidad, su perduración y las consecuencias en ámbitos difíciles de mostrar en pantalla".
Cantidades y calidades
Por su parte, Santos Sanz asevera: "No dispongo de datos numéricos exactos, pero creo que no ha habido ninguna guerra nacional que haya obtenido tal respuesta". Y pondera: "Si hablamos de cantidad, predominan las novelas mediocres, los simples testimonios anovelados de experiencias personales traumatizantes, los alegatos maniqueos o partidistas o la explotación de la sentimentalina. Pero la guerra sí ha dado obas un buen puñado de obras de alto valor artístico. Hoy en día ha dado una obra tan lograda, equilibrada en lo emocional, lo intelectual y lo ideológico como 'La noche de los tiempos' de Muñoz Molina".De la "Conclusión" de Benet extraemos: "[La Guerra Civil] fue una guerra de atrición, pensada para durar y dañar y llevada a la práctica con la técnica de la apisonadora". Después: "... ejemplo único en la Historia de lo que un pueblo nunca debe hacer". Este ejemplo único sigue teniendo demanda bibliófila.
La editorial RBA tuvo una insospechada alegría comercial con 'Historia de la guerra civil española', del militar republicano Vicente Rojo. Si miran la lista de los 'best-sellers' del momento verán 'Riña de gatos' o 'El tiempo entre costuras'. Rebobine, por favor.
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