"Y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina". Y el doctor responde: "¿Pues por qué no lo mete en un manicomio?". Y el tipo le dice: "Lo haría, pero necesito los huevos". Pues, eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, saben, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos." Woody Allen (Annie Hall)
sábado, 25 de junio de 2011
Michael Levine - DEA - "La guerra contra las drogas"
¿The New York Times encubrió a Salinas?
Michael Levine trabajó en la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) durante 25 años. En la siguiente carta, enviada al diario The New York Times, explica cómo Washington encubrió los vínculos del ex presidente de México Carlos Salinas de Gortari con el narcotráfico. Mientras el gobierno estadounidense lo protegió de la justicia debido a su apoyo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, The New York Times, que se negó a publicar esta carta, parece haber colaborado con el encubrimiento a su manera.
Un par de días antes de la elección presidencial en Estados Unidos, ningún medio de prensa nacional hace mención al ex presidente de México Carlos Salinas de Gortari, quien desapareció de su país hace bajo sospecha de vínculo con unos 500 millones de dólares presuntamente procedentes del narcotráfico, que estarían ocultos en más de 60 bancos de todo el mundo. Pero Salinas aparece repentinamente en Nueva York el 18 de setiembre pasado, como miembro de la junta directiva de Dow Jones.
Uno podría preguntarse cómo es posible que un hombre involucrado en corrupción masiva, favorito de nuestros republicanos y demócratas por su apoyo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), permanezca fuera de la prensa durante una elección en la que parte importante del debate consiste en cuál partido realiza el mejor trabajo en el combate al narcotráfico. Desde el punto de vista de quien trabajó 25 años en la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), parece que The New York Times ayudó para que esto fuera posible.
Dejemos que los hechos hablen por sí mismos: el 13 de diciembre de 1995, un artículo de la agencia de noticias Associated Press, que nunca fue publicado por The New York Times, informó que el ex presidente mexicano Carlos Salinas había sido vinculado por la Aduana estadounidense y la DEA con 500 millones de dólares, presumiblemente procedentes del narcotráfico, ocultos en más de 60 bancos de todo el mundo. El agregado de la Aduana de Estados Unidos en Ciudad de México emitió un "alerta de fronteras": si Salinas intentaba atravesar cualquier límite internacional, la Aduana estadounidense debía ser notificada de inmediato. Esta medida generalmente significa que la detención o la acusación penal es inminente, siempre que no interfieran intereses especiales. El artículo de Associated Press reveló tales intereses al citar a funcionarios innominados del Departamento de Estado que afirmaron desconocer lo que el agregado de la Aduana tenía en mente, así como cualquier evidencia que vinculara a Salinas con el narcotráfico.
Cualquiera que haya trabajado en alguna embajada de Estados Unidos, como yo lo he hecho, reconoce estas declaraciones como doble discurso. El agregado de Aduana trabaja para el Departamento de Estado, y cualquier orden que emita desde nuestra embajada en México debe ser aprobada por el embajador. Desafortunadamente, el encubrimiento de narcotraficantes del Tercer Mundo por el Departamento de Estado no es algo nuevo. Lo que resulta difícil de entender es el encubrimiento de este asunto por un diario como The New York Times.
Me permito referirles a un artículo de The New York Times del 8 de abril de 1996, titulado "México juega a las escondidas en Cuba", por Anthony De Palma, que comparaba las "visiones" denunciadas del entonces desaparecido Salinas con las de Elvis Presley. El artículo, que no hacía mención a la conexión con la droga, llamaba a Salinas "el Elvis de los ex presidentes". El objetivo parece obvio: mofarse de la vinculación de Salinas con la droga.
Luego, el domingo (12 de mayo de 1996), The New York Times publicó en primera página un artículo de Sam Dillon sobre la detención de Juan Abrego, que el presidente Bill Clinton citó como "prueba" de la cooperación de México en la guerra contra las drogas. La nota constituyó un espaldarazo para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, un llamador de votos para Clinton y un voto de confianza para una guerra contra las drogas que debió haber terminado hace décadas.
Casi al final, en el antepenúltimo párrafo del extenso artículo, había una alusión a un hecho que el diario no quiso investigar demasiado: "En marzo de 1994, el jefe de un equipo mexicano especial de investigación, Eduardo Valle, renunció a su puesto argumentando que el presidente Carlos Salinas protegía a Abrego (para que no fuera procesado)". El artículo concluía con una declaración falsa y engañosa: "La acusación (contra el presidente Salinas) nunca fue probada...".
Cobertura con efecto
El último artículo del periódico que menciona al ex presidente de México apareció en primera página el 5 de junio de 1996, titulado "De un mexicano astuto y cómo se movieron sus millones", también escrito por Anthony De Palma. Mientras el artículo de "Elvis" ridiculizaba la conexión de Salinas con la droga, éste la hacía desaparecer por completo. La nota lograba incluso describir el lavado de 80 millones de dólares por el hermano de Salinas, Raúl, sin mencionar la vinculación del ex presidente con el narcotráfico ni sus 500 millones de dólares. Por el contrario, De Palma, ignorando cualquier evidencia en contrario proporcionada por la DEA y la Aduana, describió a Salinas como un acérrimo enemigo de la corrupción que no pudo controlar al "verdadero" culpable, su hermano Raúl.
Este tipo de cobertura permite concluir que The New York Times está ayudando a algunos miembros del gobierno muy sospechosos o ineptos a mantener secretos comprometedores protegidos de los ciudadanos que pagan sus salarios: que a fines de 1987, antes de la elección de Carlos Salinas, nuestros líderes políticos recibieron sólidas pruebas (grabadas en videos y casetes) de que bajo su administración México se transformaría en un puerto abierto a los narcotraficantes, y que, para asegurarse de que Salinas -favorecido por los presidentes Clinton y Bush por su apoyo al TLCAN- ganara los comicios y que la aprobación de dicho tratado en el Congreso no se viera obstaculizada por la indignación pública, ocultaron, encubrieron y distorsionaron las evidencias.
Durante las audiencias del caso Irán-Contras, el senador Al D'Amato dijo: "Cobramos a nuestros ciudadanos miles de millones de dólares en impuestos para combatir las drogas, pero nos acostamos con los mayores narcotraficantes del mundo". D'Amato se refería al apoyo encubierto de Washington a los mujahidines, la contra nicaragüense, Manuel Noriega, los Ejércitos Unidos de Shan, La Corporación de Bolivia y otras organizaciones cuyos líderes obtuvieron licencia para volcar drogas por valor de miles de millones de dólares en ciudades estadounidenses con total impunidad.
Ahora podemos agregar a la lista al ex presidente de México, sólo que esta vez no se puede utilizar la guerra fría como excusa: todo fue realizado en interés de los grandes negocios.
Veinticinco años en una agencia federal me enseñaron que la única salvaguarda que el pueblo estadounidense tiene contra el crimen -y, admitámoslo, contra la estupidez de sus líderes- es una prensa alerta y agresiva. Lamento decir que, en este caso, The New York Times no cumplió la función que debía.
http://old.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=1192
viernes, 24 de junio de 2011
ETA - Txeroki
El exdirigente etarra Garikoitz Aspiazu, Txeroki escojonándose...
http://www.elpais.com/articulo/espana/Txeroki/niega/contestar/preguntas/primer/juicio/Espana/elpepuesp/20110622elpepunac_1/Tes
http://www.elpais.com/fotografia/espana/Primer/juicio/Espana/elpdiaesp/20110622elpepunac_6/Ies/
lunes, 20 de junio de 2011
Un artículo de García Márquez sobre Hiroshima: “El cataclismo de Damocles”
“El cataclismo de Damocles”
Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontrarán el cielo. Las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sahara, la vasta Amazonía desaparecerá de la faz del planeta destruido por el granizo, y la era del rock y de los corazones transplantados estará de regreso a su infancia glacial. Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, sólo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas.
Señores presidentes, señores primeros ministros, amigas, amigos:
Esto no es un mal plagio del delirio de Juan en su destierro de Patmos, sino la visión anticipada de un desastre cósmico que puede suceder en este mismo instante: la explosión -dirigida o accidental- de sólo una parte mínima del arsenal nuclear que duerme con un ojo y vela con el otro en las santabárbaras de las grandes potencias.
Así es: hoy, 6 de agosto de 1986, existen en el mundo más de 50.000 ojivas nucleares emplazadas. En términos caseros, esto quiere decir que cada ser humano, sin excluir a los niños, está sentado en un barril con unas cuatro toneladas de dinamita, cuya explosión total puede eliminar 12 veces todo rastro de vida en la Tierra. La potencia de aniquilación de esta amenaza colosal, que pende sobre nuestras cabezas como un cataclismo de Damocles, plantea la posibilidad teórica de inutilizar cuatro planetas más que los que giran alrededor del Sol, y de influir en el equilibrio del Sistema Solar. Ninguna ciencia, ningún arte, ninguna industria se ha doblado a sí misma tantas veces como la industria nuclear desde su origen, hace 41 años, ni ninguna otra creación del ingenio humano ha tenido nunca tanto poder de determinación sobre el destino del mundo.
El único consuelo de estas simplificaciones terroríficas -si de algo nos sirven-, es comprobar que la preservación de la vida humana en la Tierra sigue siendo todavía más barata que la peste nuclear. Pues con el sólo hecho de existir, el tremendo Apocalipsis cautivo en los silos de muerte de los países más ricos está malbaratando las posibilidades de una vida mejor para todos.
En la asistencia infantil, por ejemplo, esto es una verdad de aritmética primaria. La UNICEF calculó en 1981 un programa para resolver los problemas esenciales de los 500 millones de niños más pobres del mundo, incluidas sus madres. Comprendía la asistencia sanitaria de base, la educación elemental, la mejora de las condiciones higiénicas, del abastecimiento de agua potable y de la alimentación. Todo esto parecía un sueño imposible de 100.000 millones de dólares. Sin embargo, ese es apenas el costo de 100 bombarderos estratégicos B-1B, y de menos de 7.000 cohetes Crucero, en cuya producción ha de invertir el gobierno de los Estados Unidos 21.200 millones de dólares.
En la salud, por ejemplo: con el costo de 10 portaviones nucleares Nimitz, de los 15 que van a fabricar los Estados Unidos antes del año 2000, podría realizarse un programa preventivo que protegiera en esos mismos 14 años a más de 1.000 millones de personas contra el paludismo, y evitara la muerte -sólo en África- de más de 14 millones de niños.
En la alimentación, por ejemplo: el año pasado había en el mundo, según cálculos de la FAO, unos 565 millones de personas con hambre. Su promedio calórico indispensable habría costado menos de 149 cohetes MX, de los 223 que serán emplazados en Europa Occidental. Con 27 de ellos podrían comprarse los equipos agrícolas necesarios para que los países pobres adquieran la suficiencia alimentaría en los próximos cuatro años. Ese programa, además, no alcanzaría a costar ni la novena parte del presupuesto militar soviético de 1982.
En la educación, por ejemplo: con sólo dos submarinos atómicos tridente, de los 25 que planea fabricar el gobierno actual de los Estados Unidos, o con una cantidad similar de los submarinos Typhoon que está construyendo la Unión Soviética, podría intentarse por fin la fantasía de la alfabetización mundial. Por otra parte, la construcción de las escuelas y la calificación de los maestros que harán falta al Tercer Mundo para atender las demandas adicionales de la educación en los 10 años por venir, podrían pagarse con el costo de 245 cohetes Tridente II, y aún quedarían sobrando 419 cohetes para el mismo incremento de la educación en los 15 años siguientes.
Puede decirse, por último, que la cancelación de la deuda externa de todo el Tercer Mundo, y su recuperación económica durante 10 años, costaría poco más de la sexta parte de los gastos militares del mundo en ese mismo tiempo. Con todo, frente a este despilfarro económico descomunal, es todavía más inquietante y doloroso el despilfarro humano: la industria de la guerra mantiene en cautiverio al más grande contingente de sabios jamás reunido para empresa alguna en la historia de la humanidad. Gente nuestra, cuyo sitio natural no es allá sino aquí, en esta mesa, y cuya liberación es indispensable para que nos ayuden a crear, en el ámbito de la educación y la justicia, lo único que puede salvarnos de la barbarie: una cultura de la paz.
A pesar de estas certidumbres dramáticas, la carrera de las armas no se concede un instante de tregua. Ahora, mientras almorzamos, se construyó una nueva ojiva nuclear. Mañana, cuando despertemos, habrá nueve más en los guadarneses de muerte del hemisferio de los ricos. Con lo que costará una sola alcanzaría -aunque sólo fuera por un domingo de otoño- para perfumar de sándalo las cataratas del Niágara.
Un gran novelista de nuestro tiempo se preguntó alguna vez si la Tierra no será el infierno de otros planetas. Tal vez sea mucho menos: una aldea sin memoria, dejada de la mano de sus dioses en el último suburbio de la gran patria universal. Pero la sospecha creciente de que es el único sitio del Sistema Solar donde se ha dado la prodigiosa aventura de la vida, nos arrastra sin piedad a una conclusión descorazonadora: la carrera de las armas va en sentido contrario de la inteligencia.
Y no sólo de la inteligencia humana, sino de la inteligencia misma de la naturaleza, cuya finalidad escapa inclusive a la clarividencia de la poesía. Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor. No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón. Para tratar de impedir que eso ocurra estamos aquí, sumando nuestras voces a las innumerables que claman por un mundo sin armas y una paz con justicia. Pero aún si ocurre -y más aún si ocurre-, no será del todo inútil que estemos aquí. Dentro de millones de millones de milenios después de la explosión, una salamandra triunfal que habrá vuelto a recorrer la escala completa de las especies, será quizás coronada como la mujer más hermosa de la nueva creación. De nosotros depende, hombres y mujeres de ciencia, hombres y mujeres de las artes y las letras, hombres y mujeres de la inteligencia y la paz, de todos nosotros depende que los invitados a esa coronación quimérica no vayan a su fiesta con nuestros mismos terrores de hoy. Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad. Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.
(c) GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Encontrado en: http://www.revistacambio.com/html/documento/articulos/620/
Publicado por Pedro Grima Gallardo en viernes, agosto 27, 2010
http://pedrogrima.blogspot.com/2010/08/el-cataclismo-de-damocles.html
sábado, 18 de junio de 2011
LIBROS DE VIAJES
Interesante página sobre viajeros por la España de otro tiempo:
"En estas páginas se recogen viajes por la España Ilustrada y Romántica. Para ello hemos escogido los cinco viajeros, que a nuestro entender, son el prototipo de viajeros de esas épocas. Dos franceses (Jean Francois Bourgoing y Teófilo Gautier), y tres ingleses (Joseph Townsend, Richard Ford y George Borrow)."
http://www.bocos.com/
"En estas páginas se recogen viajes por la España Ilustrada y Romántica. Para ello hemos escogido los cinco viajeros, que a nuestro entender, son el prototipo de viajeros de esas épocas. Dos franceses (Jean Francois Bourgoing y Teófilo Gautier), y tres ingleses (Joseph Townsend, Richard Ford y George Borrow)."
http://www.bocos.com/
viernes, 17 de junio de 2011
MAFIA - IL Divo – - Andreotti -
!No tienen idea de los hechos
que el poder debe cometer...
...para asegurar el bienestar y
el desarrollo del país.
Por demasiado tiempo
ese poder fui yo.
La monstruosa e impronunciable
contradicción:
Perpetrar el mal para
garantizar el bien.
La monstruosa contradicción
que me convirtió...
...en un hombre cínico que ni
tu podrías descifrar.
Tus vivaces e inocentes ojos
no conocen la responsabilidad.
La responsabilidad directa
y la indirecta...
...por toda la carnicería
en Italia desde 1969 a 1984.
Ella dejo precisamente
236 muertos y 817 heridos.
A todas las familias de las víctimas
les digo que confieso.
Confieso que fue mi culpa,
mi culpa, mi mas dolorosa culpa.
Lo diré, aunque no sirva de nada.
El caos para desestabilizar el país...
a los partidos extremistas...
...y fortalecer los de centro como el
Demócrata Cristiano...
...se la llamó la estrategia de tensión.
Sería más correcto decir
"estrategia de Supervivencia".
Roberto, Michele, Giorgio,
Carlo Alberto,
Giovanni, Mino, querido Aldo...
...por vocación o necesidad todos
amantes de la verdad.
Todas las bombas
detonadas en silencio.
Y todos ellos pensando que la
verdad es lo correcto...
...Pero esto es
el fin del mundo.
No podemos permitir
que se destruya el mundo...
...en el nombre de lo
que creemos correcto.
Teníamos un deber, un deber divino.
Debemos amar a
Dios grandemente...
...para entender cuan necesario
es el mal para lograr el bien.
Dios lo sabe, yo también lo sé.
Se puede ser aburrido
pero honesto...
...aburrido pero lleno de fervor.
Bueno, Honorable Señor Andreotti,
eso es lo que le falta...
Le falta fervor humano."
http://www.filmaffinity.com/es/film621131.html
Los ejércitos secretos de la OTAN
Los ejércitos secretos de la OTAN
Cuando el juez Felice Casson reveló la existencia de Gladio, comenzaron apenas a vislumbrarse los alcances de los servicios secretos de la OTAN.
La estructura secreta continúa operando hasta nuestros días; realiza misiones de las que no necesariamente se enteran los parlamentos de los países.
Los atentados organizados por los regímenes se imputan a la oposición para desmantelarla.
“Había que actuar contra los civiles, la gente del pueblo, las mujeres, los inocentes; la razón era muy simple: se suponía que tenían que forzar a aquella gente a recurrir al Estado para pedir más seguridad”, reconoció uno de los “soldados clandestinos”
Daniele Ganser
Historiador suizo, especialista en relaciones internacionales contemporáneas.
Se dedica a la enseñanza en la universidad de Basilea, Suiza.
http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sociopol_waronterror10.htm#Contenid
jueves, 16 de junio de 2011
Fukushima
Fukushima es la mayor catástrofe industrial en la historia de la humanidad, es mucho peor de lo que la gente piensa
Fukushima: It's much worse than you think
Dice A. Gundersen, ex-directivo de la industria nuclear. Contando con los reactores y las piscinas de fuel "probablemente habrá el equivalente a 20 núcleos, tienen en una necesidad desesperada de enfriarlos y no hay manera de hacerlo." Esto es 20 veces potencialmente lo que había en Chernobil. "La Unidad 4 es la mas peligrosa, podría colapsar" con una réplica del terremoto, nos dice. Si eso pasa, estaremos donde no llega la ciencia, fuel radiactivo fuera de la piscina tirado por el suelo. Las unidades de 1 a 3 tienen el corium fundido...
http://english.aljazeera.net/indepth/features/2011/06/201161664828302638.html
http://www.meneame.net/story/fukushima-mayor-catastrofe-industrial-historia-humanidad-mucho
domingo, 5 de junio de 2011
José Calvo Sotelo - España
"Muchas veces he pensado que la raíz real del problema de España no es política, sino económica, y que la receta de nuestros males, por ser de índole económica, se ahogará en germen ante el quietismo obstinado de gran parte de las clases conservadoras.
La incomprensión egoísta de multitud de ciudadanos pudientes, aferrados a nociones quiritarias cual si viviésemos muchas centurias atrás, puede depararnos días desastrosos, porque las aguas represadas se sueltan en torbellino cuando rompen la esclusa".
* "Mis Servicios al Estado. Seis años de gestión", 1931.
http://es.wikiquote.org/wiki/Espa%C3%B1a#Sim.C3.B3n_Bol.C3.ADvar
Eduardo Galeano
«La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar.»
Eduardo Galeano.
Los Nadies
Sueñan las pulgas
con comprarse un perro,
y sueñan los nadie
con salir de pobres
que algún mágico día
llueva de pronto
la buena suerte...
que llueva a cantaros
la buena suerte,
pero la buena suerte
no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca...
ni en lloviznita cae
la buena suerte...
por mucho que los nadie
la llamen,
y aunque les pique
la mano izquierda,
o se levanten
con el pie derecho,
o empiecen el año
cambiando de escoba...
...Los Nadies...
los hijos de nadie
los dueños de nada...
...Los Nadies...
los ningunos,
los ninguneados...
corriendo la liebre,
muriendo la vida...
jodidos, rejodidos...
que no son, aunque sean,
que no hablan idiomas
sino dialectos,
que no profesan religiones
sino superticiones,
que no hacen arte
sino artesanía,
que no practican cultura
sino folklore,
que no son seres humanos
sino recursos humanos,
que no tienen cara
sino brazos,
que no tienen nombre
sino número,
que no figuran
en la historia universal,
sino en la crónica roja
de la prensa local...
...Los Nadies...
que cuestan menos
que la bala que los mata...
Tomado de "EL Libro de los Abrazos"
Eduardo Galeano.
Los Nadies
Sueñan las pulgas
con comprarse un perro,
y sueñan los nadie
con salir de pobres
que algún mágico día
llueva de pronto
la buena suerte...
que llueva a cantaros
la buena suerte,
pero la buena suerte
no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca...
ni en lloviznita cae
la buena suerte...
por mucho que los nadie
la llamen,
y aunque les pique
la mano izquierda,
o se levanten
con el pie derecho,
o empiecen el año
cambiando de escoba...
...Los Nadies...
los hijos de nadie
los dueños de nada...
...Los Nadies...
los ningunos,
los ninguneados...
corriendo la liebre,
muriendo la vida...
jodidos, rejodidos...
que no son, aunque sean,
que no hablan idiomas
sino dialectos,
que no profesan religiones
sino superticiones,
que no hacen arte
sino artesanía,
que no practican cultura
sino folklore,
que no son seres humanos
sino recursos humanos,
que no tienen cara
sino brazos,
que no tienen nombre
sino número,
que no figuran
en la historia universal,
sino en la crónica roja
de la prensa local...
...Los Nadies...
que cuestan menos
que la bala que los mata...
Tomado de "EL Libro de los Abrazos"
ARTURO PÉREZ REVERTE
"Odio a los cristianos que se han dejado matar en los circos romanos sin pelear. La lucha justifica la existencia del hombre. Un hombre que no lucha no es un hombre. Uno adquiere su dignidad enfrentándose a la enfermedad, al horror, a la soledad, a la estupidez. El hombre tiene la obligación moral de pelear contra todas las cosas negativas con las que la vida le rodea. La vida me ha hecho abandonar muchas cosas salvo el respecto por el valor. Entiendo por valor esa facultad humana de poder decir no, de negarse a rendirse, de luchar hasta el final por las convicciones. Luchar igualmente, sabiendo que en tu fusil ya no quedan cartuchos. La única verdadera virtud es el combate por la dignidad."
* Articulo publicado en el "Magazine Litteraire", junio de 2000
* Articulo publicado en el "Magazine Litteraire", junio de 2000
Fernando Pessoa
"O mundo é de quem não sente. A condição essencial para se ser um homem prático é a ausência de sensibilidade." Fernando Pessoa
L a guerra civil española - ARTURO PÉREZ REVERTE - 2
La guerra civil que perdió Bambi
En mi familia perdieron la guerra. Mi padre hizo poco para ganarla, pues la pasó en artillería antiaérea, jugando al ajedrez entre bombardeo y bombardeo. Pero mi tío Lorenzo, que se alistó con dieciséis años y volvió de sargento y con agujero de bala a los diecinueve, se comió el Ebro y Belchite. Quiero decir con eso que, por nacer doce años después de la guerra, tuve información oral fresca: combates, represión, cárceles, paseos a manos de milicianos o falangistas, y cosas así. Soy de Cartagena, donde la cosa estuvo cruda. Tuve además, como casi todos los españoles, a parientes en ambos bandos; y allí lucharon y también fueron fusilados por unos y otros, en aquella macabra lotería que fue España.
Poseo, por tanto, elementos casi de primera mano sobre esa parte de la memoria que ahora tanto agitan. Y nunca me tragué lo de buenos y malos: ni cuando niño las hordas rojas, ni de mayor los fascistas de fijador, brillantina y correaje. Tuvimos de unos y otros, naturalmente. Y a la guerra siguió una dictadura infame, ajena a la caridad. Pero hay un par de puntualizaciones necesarias. Una es que, españoles todos, llenos de los rencores, las envidias y la mala baba de la estirpe, canallas y asesinos lo fuimos en los dos bandos. Otra, que casi todos se vieron envueltos en aquello muy a su pesar; y que, entusiastas y héroes aparte -a ambos lados los hubo con igual coraje y motivos-, la mayor parte estuvo en las trincheras de modo aleatorio, según donde tocó. La prueba es que hubo más deserciones -pasarse, decían- por volver al pueblo con la familia, que por ideología nacional o republicana.
Por eso estoy hasta los cojones de que me vendan burros teñidos de azabache. Si de pequeño no creí lo de la Cruzada y la espada más limpia de Occidente, no pretenderán que me trague ahora lo del pueblo en armas en plan Bambi: aquí la buena gente proletaria, y allí espadones y señoritos. Mi padre y mi tío, verbigracia, eran chicos de buena familia, pero defendían a la República. Entre otras cosas, porque el pueblo eran muchos pueblos y muchos hijos de vecino, y cada cual, según le iba o donde caía, era de su padre y de su madre. Por mucho que, a falta de argumentos actuales, de inteligencia política, de cultura, de ideas claras y de otra cosa que no sea el hoy trinco votos y mañana veremos, ciertos habituales de los telediarios estén empeñados en ganar por la cara, setenta años después, las guerras que perdieron sus abuelos, o los míos. Y no sé hasta qué punto la demagogia y el fraude calarán en jóvenes a quienes eso queda muy lejos; pero ya empiezo a estar harto de tanto bocazas y tanto cuento chino. Una cosa es que aquellos a cuyos parientes fusilaron por rojos puedan, al fin, hacer lo que hicieron otros en los años cuarenta: honrar los huesos de sus muertos. Otra, que se falsee la Historia para reventar al adversario político de ahora mismo, suplantando la realidad con camelos como aquel grotesco Libertarias que rodó hace años Vicente Aranda, poblado de angelicales milicianos. Por ejemplo.
Así que ya está bien de mezclar churras con merinas. Tengo verdaderas ganas de oír, en boca de estos cantamañanas aficionados no a desenterrar muertos, sino rencores, que el franquismo sometió a España a una represión brutal, cierto; pero que, de haber ganado la República, sus fosas comunes también habrían sido numerosas. Que ya lo fueron, por cierto, aunque ahora se cargue todo en la ambigua cuenta de los incontrolados. Y no digamos si hubieran vencido los tipos duros del partido comunista, entonces férreamente sujeto al padrecito Stalin; pregúntenselo a don Santiago Carrillo, que de ajustes de cuentas con derechas e izquierdas sabe un rato.
Y en cuanto a los nacionalismos radicales -esos miserables paletos que tanta manteca han sacado de la guerra civil, y la siguen sacado-, sería útil recordarles que al presidente Companys, por ejemplo, cualquier gobierno izquierdista fuerte y consecuente lo habría fusilado también, acabada la guerra, por traidor a la República, a la Constitución y al Estatuto. Y del pueblo vasco que acudió a defender la libertad, curas incluidos, como un solo gudari y como una sola gudara, podemos hablar despacio otro día, porque hoy se me acaba la página. Incluidos los tercios de requetés donde se alistaron de abuelos a nietos apellidados Iturriaga, Onaindía, Beascoechea, Elejabeitia, Orueta o Zubiría; a quienes ni siquiera Javier Arzalluz -la jubilación más aplaudida de la historia reciente de España- podría llamar españoles maketos de mierda.
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/116/la-guerra-civil-que-perdio-bambi/
El Semanal - 15/10/2006
En mi familia perdieron la guerra. Mi padre hizo poco para ganarla, pues la pasó en artillería antiaérea, jugando al ajedrez entre bombardeo y bombardeo. Pero mi tío Lorenzo, que se alistó con dieciséis años y volvió de sargento y con agujero de bala a los diecinueve, se comió el Ebro y Belchite. Quiero decir con eso que, por nacer doce años después de la guerra, tuve información oral fresca: combates, represión, cárceles, paseos a manos de milicianos o falangistas, y cosas así. Soy de Cartagena, donde la cosa estuvo cruda. Tuve además, como casi todos los españoles, a parientes en ambos bandos; y allí lucharon y también fueron fusilados por unos y otros, en aquella macabra lotería que fue España.
Poseo, por tanto, elementos casi de primera mano sobre esa parte de la memoria que ahora tanto agitan. Y nunca me tragué lo de buenos y malos: ni cuando niño las hordas rojas, ni de mayor los fascistas de fijador, brillantina y correaje. Tuvimos de unos y otros, naturalmente. Y a la guerra siguió una dictadura infame, ajena a la caridad. Pero hay un par de puntualizaciones necesarias. Una es que, españoles todos, llenos de los rencores, las envidias y la mala baba de la estirpe, canallas y asesinos lo fuimos en los dos bandos. Otra, que casi todos se vieron envueltos en aquello muy a su pesar; y que, entusiastas y héroes aparte -a ambos lados los hubo con igual coraje y motivos-, la mayor parte estuvo en las trincheras de modo aleatorio, según donde tocó. La prueba es que hubo más deserciones -pasarse, decían- por volver al pueblo con la familia, que por ideología nacional o republicana.
Por eso estoy hasta los cojones de que me vendan burros teñidos de azabache. Si de pequeño no creí lo de la Cruzada y la espada más limpia de Occidente, no pretenderán que me trague ahora lo del pueblo en armas en plan Bambi: aquí la buena gente proletaria, y allí espadones y señoritos. Mi padre y mi tío, verbigracia, eran chicos de buena familia, pero defendían a la República. Entre otras cosas, porque el pueblo eran muchos pueblos y muchos hijos de vecino, y cada cual, según le iba o donde caía, era de su padre y de su madre. Por mucho que, a falta de argumentos actuales, de inteligencia política, de cultura, de ideas claras y de otra cosa que no sea el hoy trinco votos y mañana veremos, ciertos habituales de los telediarios estén empeñados en ganar por la cara, setenta años después, las guerras que perdieron sus abuelos, o los míos. Y no sé hasta qué punto la demagogia y el fraude calarán en jóvenes a quienes eso queda muy lejos; pero ya empiezo a estar harto de tanto bocazas y tanto cuento chino. Una cosa es que aquellos a cuyos parientes fusilaron por rojos puedan, al fin, hacer lo que hicieron otros en los años cuarenta: honrar los huesos de sus muertos. Otra, que se falsee la Historia para reventar al adversario político de ahora mismo, suplantando la realidad con camelos como aquel grotesco Libertarias que rodó hace años Vicente Aranda, poblado de angelicales milicianos. Por ejemplo.
Así que ya está bien de mezclar churras con merinas. Tengo verdaderas ganas de oír, en boca de estos cantamañanas aficionados no a desenterrar muertos, sino rencores, que el franquismo sometió a España a una represión brutal, cierto; pero que, de haber ganado la República, sus fosas comunes también habrían sido numerosas. Que ya lo fueron, por cierto, aunque ahora se cargue todo en la ambigua cuenta de los incontrolados. Y no digamos si hubieran vencido los tipos duros del partido comunista, entonces férreamente sujeto al padrecito Stalin; pregúntenselo a don Santiago Carrillo, que de ajustes de cuentas con derechas e izquierdas sabe un rato.
Y en cuanto a los nacionalismos radicales -esos miserables paletos que tanta manteca han sacado de la guerra civil, y la siguen sacado-, sería útil recordarles que al presidente Companys, por ejemplo, cualquier gobierno izquierdista fuerte y consecuente lo habría fusilado también, acabada la guerra, por traidor a la República, a la Constitución y al Estatuto. Y del pueblo vasco que acudió a defender la libertad, curas incluidos, como un solo gudari y como una sola gudara, podemos hablar despacio otro día, porque hoy se me acaba la página. Incluidos los tercios de requetés donde se alistaron de abuelos a nietos apellidados Iturriaga, Onaindía, Beascoechea, Elejabeitia, Orueta o Zubiría; a quienes ni siquiera Javier Arzalluz -la jubilación más aplaudida de la historia reciente de España- podría llamar españoles maketos de mierda.
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/116/la-guerra-civil-que-perdio-bambi/
El Semanal - 15/10/2006
L a guerra civil española - ARTURO PÉREZ REVERTE
LA GUERRA QUE TODOS PERDIMOS.
Los niños. Eso es siempre lo peor, en cualquier guerra; pero todavía hoy, cada vez que veo las viejas imágenes en blanco y negro, o las fotos desvaídas de hace sesenta años, me remuevo incómodo en el asiento al verlos pasar ante mí, llorando de la mano de sus padres por la frontera camino del exilio, agazapados en un portal mirando hacia arriba mientras suena el estrépito de las bombas, haciendo colas con ojos grandes de hambre y miedo para conseguir un mendrugo de pan.
El cadáver en la cuneta, el soldado que tiembla de frío en el frente de Huesca, el inválido ayudado por los compañeros que es empujado por los gendarmes franceses mientras se le cae la manta raída de los escuálidos hombros... Estos otros personajes son adultos; saben, o al menos deben saber qué diablos está ocurriendo. Por eso me producen menos compasión que esas docenas de ojos de críos que miran sin comprender. Que todavía hoy, medio siglo y una década más tarde, congelados en las sales de plata de la película fotográfica donde ya nunca envejecerán ni morirán, siguen mirándonos con ojos espantados que son una acusación, una denuncia, un insulto, un recordatorio de nuestro oprobio, nuestra vergüenza y nuestra locura.
Esa guerra civil no la viví; pero he vivido otras y sé que siempre son la misma. Esa guerra civil no la presencié, pero me la contaron cuando niño, mientras aún estaban frescas las heridas, la huella de la metralla en los muros de los edificios; cuando todavía había hombres y mujeres en cárceles y en el exilio y cuando el general Franco aún firmaba sentencias de muerte.
De las veladas alrededor de la mesa de camilla de mi abuelo recuerdo historias de bombardeos, y de ejecuciones públicas para después, ante los cadáveres hacer desfilar a las tropas a fin de que tomases buena cuenta de ello. Historias de héroes y de gentuza, mezclados unos con otros; indiferenciados bajo el mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange. Relatos escalofriantes de amigos, vecinos y parientes detenidos de madrugada, sacados de su casa en pijama mientras la mujer y los hijos imploraban en la escalera; juzgados en tribunales sumarísimos, torturados en chekas, fusilados ante un paredón bajo la bendición de un cura con el yugo y las flechas bordado en la sotana, o asesinados a la luz de los faros de un camión en cualquier carretera. Esas viejas carreteras españolas, las monótonas autovías también nos borraron esa memoria, donde muchos años después aún me estremecía al ver los pequeños monumentos conmemorativos de lugares donde hombres de toda condición e ideología fueron asesinados con las luces del alba. Un nombre, una fecha, a veces una cruz. A veces flores secas.
Cada uno de nosotros tiene una, veinte historias familiares. Estúpidos aquellos jóvenes que no acuden a sus mayores a que se las cuenten, antes de que estas historias se extingan con ellos y duerman en el silencio sin aportar nada a las generaciones que no lo vivieron, haciendo imposibles la lucidez y la experiencia. Mis mayores han muerto, o están muriendo poco a poco,; pero el niño curioso que fui logró arrancar un puñado de esas historias al olvido, y ahora lamento que no hubieran sido más. Lamento las horas perdidas sin preguntar a aquellos que ya no están conmigo.
Eran- son las historias de cada uno de nosotros: de nuestros padres y nuestras madres y nuestros abuelos. Así pude saber, así sé, del tío Lorenzo, que cruzó el Ebro con diecisiete años y el agua por la cintura, con dos cojones, un máuser en las manos y los dientes apretados, que recibió un balazo y volvió a casa de sargento republicano con dieciocho años, y que nunca cumplió los veinte.
Así pude saber de cuando mi abuelo Arturo pasó cuatro horas bajo un bombardeo, pegado a la pared de un polvorín; o de cuando una noche unos milicianos quisieron llevárselo a dar un paseo porque había cenado a la luz de una vela y eso, decían, era señales para la aviación nacional. O de cuando sus antiguos compañeros de la Armada quisieron fusilarlo por haber permanecido fiel a la República. Así supe de mi madre con doce años llevándole comida a la cárcel a Pencho, mi otro abuelo, y cómo siempre pedía a los carceleros darle la fiambrera en persona, para así verlo un instante entre las rejas de un portillo y contarle a mi abuela que seguía vivo.
O de mi tio Antonio que todavía, con setenta tacos largos, llora cuando recuerda el día en que le llevó, teniendo trece años, en bicicleta, una tortilla de patatas hecha por su madre a su hermano, cuya brigada pasó un día a treinta kilómetros de Cartagena. O de mi abuela María Cristina paralizada en mitad de la calle en mitad de un bombardeo alemán. O de mi tio Peque, que aprovechaba los ataques aéreos para ir corriendo por las calles desiertas, llenas de cristales rotos, y ponerse el primero en la cola del pan antes de que la gente saliera de los refugios.
O de mi padre, caminando en una de las filas de soldados a uno y otro lado de la carretera, la manta al hombre y el fusil a la esplada, camino del matadero, salvado de casualidad porque un comisario se detuvo junto a él y preguntó quién de aquella fila tenía estudios y sabía escribir a máquina. O del tío de mi madre fusilado porque un vecino era militar, y los del piquete, que eran analfabetos, se equivocaron de piso. O la cajita de lata que siempre conservó, hasta su fallecimiento, mi abuela Juana, con las cartas escritas desde el frente por su hijo muerto, la bala que le sacaron en su primera herida , y el trozo de madera que, a falta de anestesia, apretó entre los dientes mientras le arreglaban el agujero que le hicieron en Belchite.
Cuántos muertos, y cuánto horror, y cuántos sueños, y cuánto heroísmo, y cuánta sangre, y cuánta mierda acumulado en sólo tres años. Curas santificando balas y justificando ejecuciones o siento torturados como animales, hasta morir. Generales, comandantes, soldados; heroicos y abyectos, y a menudo ambas cosas a la vez. Épica y barbarie, la mejor infantería del mundo contra la mejor infantería del mundo; Caín en plena forma, lo más hermoso y lo más miserable de nuestra tierra y nuestra raza maldita. Chusma acuchillando a los desvalidos, miserables aprovechándose del río revuelto, cambiando de chaqueta, congraciándose con el poderoso. Hombres honrados poniéndose en pie para pelear. Ojos de miedo y desesperación, balazos y bayonetas, casa por casa en Teruel, en la Ciudad Universitaria, monte arriba en Somosierra, Arriba España entre los escombros del alcázar de Toledo, Viva la República en el valle del Jarama. Moros, legionarios, milicianos, héroes y cobardes, vivos y muertos.
El patio del Cuartel de la Montaña en esa foto terrible, el suelo lleno de cadáveres, España eternaque se repite a sí misma en el ritual de la muerte y la tragedia. Plaza de toros de Badajoz, barcos prisión, españoles fusilados por comisarios húngaros o franceses o por legionarios alemanes o fascistas italianos, por hijos de puta que ni siquiera sabían hablar castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte que sólo era de nuestra incumbencia, sin que a ellos les hubiera dado nadie maldita vela en nuestro entierro. Mujeres rapadas al cero, hombres humillados ante sus familias y sus vecinos, pidiendo clemencia o escupiendo a la cara a sus verdugos. Y esa foto que tanto me impresiona, la del español bajito y moreno con camisa blanca, que acaba de rendirse y al que llevan a fusilar, y que levanta los brazos resignado, fatalista, con una colilla en la boca.
Esa colilla, ya lo escribí una vez, que siempre tenemos en la boca los españoles cuando nos llevan al paredón.
Dios. Cómo amo y cómo detesto a este país nuestro, cada vez que miro esas fotos. Cómo me enternecen esos rostros que son el rostro de nuestra tragedia, de nuestra desgracia. Pobre gente y pobre España. Qué guerra tan atroz, y tan española, o tan atroz por española. Una guerra civil como Dios manda, guerra civil de la buena, la que enfrenta a hermano contra hermano, a hijo contra padre, a vecino contra vecino. En ninguna guerra como en ésa, la que tuvimos, las que tuvimos antes, y las que a unos cuantos desalmados e irresponsables no les importaría que volviéramos a tener, aflora toda la ruindad que albergan los rincones oscuros del corazón del hombre.
Los viejos rencores, la envidia, el odio vecinal tan propios de la condición humana y tan nuestros; tan españoles. Tú me quitaste la novia, tú desviaste el agua de la acequia, tú mataste un conejo en mis tierras, tú me negaste el pan, tú publicaste aquel libro, tú fuiste feliz y yo no. Delaciones, chivatazos, ajustes de cuentas, canallas que medran con el dolor, y el sufrimiento de los otros, desgraciados que se humillan para comer, o para sobrevivir. Cárceles, campos de batalla, cementerios, exiliados, Machado muriéndose enfermo de pena en el extranjero, Max Aub, Sénder, tantos pobres hombres, mujeres y niños anónimos, perdidos. Españoles detenidos en Rusia y enviados a Siberia, niños de la guerra que luego morirán peleando en Stalingrado, franceses miserables que humillan a los vecinos, a los fugitivos, en la frontera, y que después los entregarán atados de pies y manos a los carniceros nacis...
Cielo santo. Cómo nos dio por el saco todo Dios, todo el mundo, toda Europa, estrangulando a este pobre, entrañable, desgraciado y viejo país. A esta pobre, entrañable, desgraciada y vieja gente nuestra. No es cierto que nos ayudaran; déjenme de milongas pamperas, de camelos retóricos, de demagogia. El arriba firmante se cisca en la solidaridad internacional de las derechas y las izquierdas, en los discursos y en la mandanga. Aquí a la España en guerra, se asomó todo Cristo a ver qué podía mojar en la salsa, a fumarse nuestro tabaco y a quemarnos los muebles. Comprendo que fuéramos un espectáculo apasionante: sangre, vino, mujeres guapas, guerra, romanticismo, intereses estratégicos, barbarie ancestral. Pero que no me vengan con historias de hermandades solidarias. Yo he pasado veintiún años yendo a guerras que no eran mías, y sé de qué iba Hemingway. Por eso me cago en Hemingway y en la madre que lo parió.
El Semanal, 14 de julio de 1996
(No es la patente de esa semana, sino un articulo suelto dentro del suplemento, sobre la Guerra Civil)
http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=2902
http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=2887
http://revista-utopia.blogspot.com/2011/04/la-guerra-que-todos-perdimos-arturo.html
Los niños. Eso es siempre lo peor, en cualquier guerra; pero todavía hoy, cada vez que veo las viejas imágenes en blanco y negro, o las fotos desvaídas de hace sesenta años, me remuevo incómodo en el asiento al verlos pasar ante mí, llorando de la mano de sus padres por la frontera camino del exilio, agazapados en un portal mirando hacia arriba mientras suena el estrépito de las bombas, haciendo colas con ojos grandes de hambre y miedo para conseguir un mendrugo de pan.
El cadáver en la cuneta, el soldado que tiembla de frío en el frente de Huesca, el inválido ayudado por los compañeros que es empujado por los gendarmes franceses mientras se le cae la manta raída de los escuálidos hombros... Estos otros personajes son adultos; saben, o al menos deben saber qué diablos está ocurriendo. Por eso me producen menos compasión que esas docenas de ojos de críos que miran sin comprender. Que todavía hoy, medio siglo y una década más tarde, congelados en las sales de plata de la película fotográfica donde ya nunca envejecerán ni morirán, siguen mirándonos con ojos espantados que son una acusación, una denuncia, un insulto, un recordatorio de nuestro oprobio, nuestra vergüenza y nuestra locura.
Esa guerra civil no la viví; pero he vivido otras y sé que siempre son la misma. Esa guerra civil no la presencié, pero me la contaron cuando niño, mientras aún estaban frescas las heridas, la huella de la metralla en los muros de los edificios; cuando todavía había hombres y mujeres en cárceles y en el exilio y cuando el general Franco aún firmaba sentencias de muerte.
De las veladas alrededor de la mesa de camilla de mi abuelo recuerdo historias de bombardeos, y de ejecuciones públicas para después, ante los cadáveres hacer desfilar a las tropas a fin de que tomases buena cuenta de ello. Historias de héroes y de gentuza, mezclados unos con otros; indiferenciados bajo el mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange. Relatos escalofriantes de amigos, vecinos y parientes detenidos de madrugada, sacados de su casa en pijama mientras la mujer y los hijos imploraban en la escalera; juzgados en tribunales sumarísimos, torturados en chekas, fusilados ante un paredón bajo la bendición de un cura con el yugo y las flechas bordado en la sotana, o asesinados a la luz de los faros de un camión en cualquier carretera. Esas viejas carreteras españolas, las monótonas autovías también nos borraron esa memoria, donde muchos años después aún me estremecía al ver los pequeños monumentos conmemorativos de lugares donde hombres de toda condición e ideología fueron asesinados con las luces del alba. Un nombre, una fecha, a veces una cruz. A veces flores secas.
Cada uno de nosotros tiene una, veinte historias familiares. Estúpidos aquellos jóvenes que no acuden a sus mayores a que se las cuenten, antes de que estas historias se extingan con ellos y duerman en el silencio sin aportar nada a las generaciones que no lo vivieron, haciendo imposibles la lucidez y la experiencia. Mis mayores han muerto, o están muriendo poco a poco,; pero el niño curioso que fui logró arrancar un puñado de esas historias al olvido, y ahora lamento que no hubieran sido más. Lamento las horas perdidas sin preguntar a aquellos que ya no están conmigo.
Eran- son las historias de cada uno de nosotros: de nuestros padres y nuestras madres y nuestros abuelos. Así pude saber, así sé, del tío Lorenzo, que cruzó el Ebro con diecisiete años y el agua por la cintura, con dos cojones, un máuser en las manos y los dientes apretados, que recibió un balazo y volvió a casa de sargento republicano con dieciocho años, y que nunca cumplió los veinte.
Así pude saber de cuando mi abuelo Arturo pasó cuatro horas bajo un bombardeo, pegado a la pared de un polvorín; o de cuando una noche unos milicianos quisieron llevárselo a dar un paseo porque había cenado a la luz de una vela y eso, decían, era señales para la aviación nacional. O de cuando sus antiguos compañeros de la Armada quisieron fusilarlo por haber permanecido fiel a la República. Así supe de mi madre con doce años llevándole comida a la cárcel a Pencho, mi otro abuelo, y cómo siempre pedía a los carceleros darle la fiambrera en persona, para así verlo un instante entre las rejas de un portillo y contarle a mi abuela que seguía vivo.
O de mi tio Antonio que todavía, con setenta tacos largos, llora cuando recuerda el día en que le llevó, teniendo trece años, en bicicleta, una tortilla de patatas hecha por su madre a su hermano, cuya brigada pasó un día a treinta kilómetros de Cartagena. O de mi abuela María Cristina paralizada en mitad de la calle en mitad de un bombardeo alemán. O de mi tio Peque, que aprovechaba los ataques aéreos para ir corriendo por las calles desiertas, llenas de cristales rotos, y ponerse el primero en la cola del pan antes de que la gente saliera de los refugios.
O de mi padre, caminando en una de las filas de soldados a uno y otro lado de la carretera, la manta al hombre y el fusil a la esplada, camino del matadero, salvado de casualidad porque un comisario se detuvo junto a él y preguntó quién de aquella fila tenía estudios y sabía escribir a máquina. O del tío de mi madre fusilado porque un vecino era militar, y los del piquete, que eran analfabetos, se equivocaron de piso. O la cajita de lata que siempre conservó, hasta su fallecimiento, mi abuela Juana, con las cartas escritas desde el frente por su hijo muerto, la bala que le sacaron en su primera herida , y el trozo de madera que, a falta de anestesia, apretó entre los dientes mientras le arreglaban el agujero que le hicieron en Belchite.
Cuántos muertos, y cuánto horror, y cuántos sueños, y cuánto heroísmo, y cuánta sangre, y cuánta mierda acumulado en sólo tres años. Curas santificando balas y justificando ejecuciones o siento torturados como animales, hasta morir. Generales, comandantes, soldados; heroicos y abyectos, y a menudo ambas cosas a la vez. Épica y barbarie, la mejor infantería del mundo contra la mejor infantería del mundo; Caín en plena forma, lo más hermoso y lo más miserable de nuestra tierra y nuestra raza maldita. Chusma acuchillando a los desvalidos, miserables aprovechándose del río revuelto, cambiando de chaqueta, congraciándose con el poderoso. Hombres honrados poniéndose en pie para pelear. Ojos de miedo y desesperación, balazos y bayonetas, casa por casa en Teruel, en la Ciudad Universitaria, monte arriba en Somosierra, Arriba España entre los escombros del alcázar de Toledo, Viva la República en el valle del Jarama. Moros, legionarios, milicianos, héroes y cobardes, vivos y muertos.
El patio del Cuartel de la Montaña en esa foto terrible, el suelo lleno de cadáveres, España eternaque se repite a sí misma en el ritual de la muerte y la tragedia. Plaza de toros de Badajoz, barcos prisión, españoles fusilados por comisarios húngaros o franceses o por legionarios alemanes o fascistas italianos, por hijos de puta que ni siquiera sabían hablar castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte que sólo era de nuestra incumbencia, sin que a ellos les hubiera dado nadie maldita vela en nuestro entierro. Mujeres rapadas al cero, hombres humillados ante sus familias y sus vecinos, pidiendo clemencia o escupiendo a la cara a sus verdugos. Y esa foto que tanto me impresiona, la del español bajito y moreno con camisa blanca, que acaba de rendirse y al que llevan a fusilar, y que levanta los brazos resignado, fatalista, con una colilla en la boca.
Esa colilla, ya lo escribí una vez, que siempre tenemos en la boca los españoles cuando nos llevan al paredón.
Dios. Cómo amo y cómo detesto a este país nuestro, cada vez que miro esas fotos. Cómo me enternecen esos rostros que son el rostro de nuestra tragedia, de nuestra desgracia. Pobre gente y pobre España. Qué guerra tan atroz, y tan española, o tan atroz por española. Una guerra civil como Dios manda, guerra civil de la buena, la que enfrenta a hermano contra hermano, a hijo contra padre, a vecino contra vecino. En ninguna guerra como en ésa, la que tuvimos, las que tuvimos antes, y las que a unos cuantos desalmados e irresponsables no les importaría que volviéramos a tener, aflora toda la ruindad que albergan los rincones oscuros del corazón del hombre.
Los viejos rencores, la envidia, el odio vecinal tan propios de la condición humana y tan nuestros; tan españoles. Tú me quitaste la novia, tú desviaste el agua de la acequia, tú mataste un conejo en mis tierras, tú me negaste el pan, tú publicaste aquel libro, tú fuiste feliz y yo no. Delaciones, chivatazos, ajustes de cuentas, canallas que medran con el dolor, y el sufrimiento de los otros, desgraciados que se humillan para comer, o para sobrevivir. Cárceles, campos de batalla, cementerios, exiliados, Machado muriéndose enfermo de pena en el extranjero, Max Aub, Sénder, tantos pobres hombres, mujeres y niños anónimos, perdidos. Españoles detenidos en Rusia y enviados a Siberia, niños de la guerra que luego morirán peleando en Stalingrado, franceses miserables que humillan a los vecinos, a los fugitivos, en la frontera, y que después los entregarán atados de pies y manos a los carniceros nacis...
Cielo santo. Cómo nos dio por el saco todo Dios, todo el mundo, toda Europa, estrangulando a este pobre, entrañable, desgraciado y viejo país. A esta pobre, entrañable, desgraciada y vieja gente nuestra. No es cierto que nos ayudaran; déjenme de milongas pamperas, de camelos retóricos, de demagogia. El arriba firmante se cisca en la solidaridad internacional de las derechas y las izquierdas, en los discursos y en la mandanga. Aquí a la España en guerra, se asomó todo Cristo a ver qué podía mojar en la salsa, a fumarse nuestro tabaco y a quemarnos los muebles. Comprendo que fuéramos un espectáculo apasionante: sangre, vino, mujeres guapas, guerra, romanticismo, intereses estratégicos, barbarie ancestral. Pero que no me vengan con historias de hermandades solidarias. Yo he pasado veintiún años yendo a guerras que no eran mías, y sé de qué iba Hemingway. Por eso me cago en Hemingway y en la madre que lo parió.
El Semanal, 14 de julio de 1996
(No es la patente de esa semana, sino un articulo suelto dentro del suplemento, sobre la Guerra Civil)
http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=2902
http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=2887
http://revista-utopia.blogspot.com/2011/04/la-guerra-que-todos-perdimos-arturo.html
sábado, 4 de junio de 2011
viernes, 3 de junio de 2011
Cine - Cinema Paradiso
"Cada uno de nosotros tiene una estrella que ha de seguir. Márchate, ésta tierra está maldita... la vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil... ¡Márchate!, eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oirte más, solo quiero oir hablar de ti...
...Hagas lo que hagas, ámalo, como amabas la cabina del Cinema Paradiso cuando eras niño"...
Casablanca
Citas de la película:
* - Yvonne: "¿Dónde estuviste anoche?"
- Rick: "¿Anoche? No tengo la menor idea. Hace demasiado tiempo"
- Yvonne: "Y, ¿qué harás esta noche?"
- Rick: "No hago planes con tanta antelación."
* Rick y Louis conversando
- Louis: "Dígame, Rick, ¿qué le ha traído a Casablanca?"
- Rick: "Vine a Casablanca a tomar las aguas."
- Louis: "Pero... ¡si Casablanca es un desierto!"
- Rick: "Al parecer me informaron mal."
Cita atribuida
* "Play it again, Sam."
o Traducción: "Tócala de nuevo, Sam."
o Atribuída al personaje de Rick (Bogart), y sin embargo ningún personaje la pronuncia. El personaje de Ilsa (Ingrid Bergman) dice "Play it, Sam. Play 'As Time Goes By'" ("Tócala, Sam. Toca 'Según pasa el tiempo". Más adelante, Rick dice a Sam "You played it for her, you can play it for me. Play it!" ("La tocaste para ella, la puedes tocar para míhttp://es.wikiquote.org/wiki/Casablanca ¡Tócala!"). La frase "Play it again, Sam" es el título original de la película Sueños de seductor, de Woody Allen.
http://es.wikiquote.org/wiki/Casablanca
- Video -
http://www.youtube.com/watch?v=vbOtyCS-15o&feature=channel_video_title
jueves, 2 de junio de 2011
DROGAS - DESPENALIZACION - 3
Brasil: ministro defiende la marihuana
El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc, defendió este martes en el Congreso la despenalización de la marihuana, señalando que la droga debía recibir el mismo trato que el cigarrillo y el alcohol para evitar alimentar el tráfico ilegal.
http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/06/090616_0016_marihuana_brasil_jrg.shtml
DROGAS - DESPENALIZACION - 2
El "fracaso" de la guerra al narco: una declaración de efecto incierto
Es algo que ya se ha dicho y parece obvio. Surge de un informe en el que participaron varios ex presidentes y ex funcionarios internacionales, además de intelectuales.http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtml ¿Por qué reiterarlo? ¿De qué sirve? ¿Qué cambia? ¿Por qué esos ex no hicieron algo cuando estuvieron a cargo
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtmlhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtml
Es algo que ya se ha dicho y parece obvio. Surge de un informe en el que participaron varios ex presidentes y ex funcionarios internacionales, además de intelectuales.http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtml ¿Por qué reiterarlo? ¿De qué sirve? ¿Qué cambia? ¿Por qué esos ex no hicieron algo cuando estuvieron a cargo
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtmlhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/06/110602_informe_guerra_drogas_fracaso_analisis_ms.shtml
DROGAS - DESPENALIZACION
Personalidades mundiales llaman a ensayar la regulación del cannabis
"La guerra contra la droga está siendo un fracaso, no podemos pretender que funcione". Con esta rotundidad, la Comisión Global de Políticas contra la Droga, liderada por expresidentes de Gobierno, empresarios, personalidades como el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, o el exresponsable de la política exterior de la UE Javier Solana y escritores como Mario Vargas Llosa, se sumará hoy a las voces que reclaman un cambio en la estrategia prohibicionista seguida durante décadas desde Naciones Unidas y abanderada por EE UU desde hace 40 años. Urgen una solución que incluya la despenalización a los consumidores y una rebaja de las penas a los pequeños traficantes. Además, piden que se regule el consumo del cannabis sin excluir otras sustancias a posteriori.
"La política de lucha actual alimenta el crimen organizado y la violencia", dicen
Entre 1998 y 2008, el consumo de opiáceos subió un 34,5%, de los 12,9 millones de adictos hasta los 17,35 millones, según la ONU. La cocaína lo hizo un 27% en esa década, hasta un total de 17 millones de consumidores. El cannabis lo hizo un 8,5% y ronda los 160 millones de consumidores.
"Empecemos tratando la adicción como una cuestión de salud, reduciendo la demanda a partir de iniciativas educativas o regulando el consumo de cannabis", destaca Fernando Henrique Cardoso, expresidente de Brasil, que urge reformas fundamentales y una renovación de concepto en la política de lucha contra la droga iniciada hace medio siglo.
Una de las recomendaciones de este grupo, que presentan en un informe hoy en Nueva York, está dirigida a poner fin a la penalización, marginalización y estigmatización de consumidores de drogas "que no son un peligro para otros". La acción represiva dirigida al consumo impide que se adopten medidas de salud pública para reducir el sida, las muertes por sobredosis y otras consecuencias del consumo de estupefacientes, afirman. Recomiendan que se ofrezcan tratamientos más allá de la metadona y la buprenorfina, como programas de asistencia con heroína.
España sigue la senda de otros países como Alemania o Canadá, donde la heroína se utiliza como medicamento compasivo -bajo la vigilancia de las autoridades-, y durante un proyecto de investigación, como el iniciado en 2003 en el hospital Virgen de las Nieves, en Granada. Allí, "23 de los 60 pacientes que empezaron ya se han desintoxicado", indica Joan Carles March, director del programa, informa Laura Contreras.
Los líderes animan a los Gobiernos a que "experimenten" con modelos legales que permitan "minar" el poder del crimen organizado a la vez que se garantiza la seguridad y la salud de los ciudadanos. Esta recomendación se aplicaría al consumo de cannabis, donde ya se están dando algunos pasos en la despenalización, incluido EE UU.
"La buena noticia es que las políticas enfocadas en la regulación [que no es lo mismo que legalización] y la despenalización funcionan", señala el patrón de Virgin, Richard Branson. Se trata de "quitar el poder de las manos del crimen organizado", dice.
Los firmantes del informe remachan que "hay que respetar" los derechos humanos de los toxicómanos, "tratándolos como pacientes, no como criminales", subraya Branson. "Muchos son víctimas", recalca el informe. En él se considera que las políticas actuales "alimentan la violencia y el crimen organizado".
La ONU, señala la comisión, debería guiar este debate, para dar así cohesión a las acciones de los países. Y aunque acoge positivamente el cambio de tono de la Administración que preside Barack Obama y su apertura a otras alternativas, le pide que esa nueva retórica se plasme en una reforma real y use su influencia para sumar a otros países.
Experiencias de legalización
- Los 'coffee shop'. En Holanda está tolerada la venta al por menor y el consumo de cannabis en tiendas y cafés especializados. Algunas ciudades han tomado medidas para limitar el acceso a los vecinos y frenar el turismo atraído por esta droga.
- El porro terapéutico. En Estados Unidos varios gobiernos federados, entre ellos California, han regulado la venta de marihuana bajo indicación médica. Esto ha dado pie a una cierta industria legal del cannabis, que se receta para un abanico amplio de males. Sin embargo, la legalización del consumo recreativo se planteó en California a través de un referéndum pero no obtuvo la mayoría.
- Heroína como fármaco. Varios países, como Suiza y Holanda, dispensan de forma controlada heroína (inyectada, oral o inhalada) a drogodependientes que han fracasado con otros tratamientos como la metadona. En España se estudia ampliar a la oral en un futuro próximo.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Personalidades/mundiales/llaman/ensayar/regulacion/cannabis/elpepisoc/20110602elpepisoc_8/Tes
"La guerra contra la droga está siendo un fracaso, no podemos pretender que funcione". Con esta rotundidad, la Comisión Global de Políticas contra la Droga, liderada por expresidentes de Gobierno, empresarios, personalidades como el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, o el exresponsable de la política exterior de la UE Javier Solana y escritores como Mario Vargas Llosa, se sumará hoy a las voces que reclaman un cambio en la estrategia prohibicionista seguida durante décadas desde Naciones Unidas y abanderada por EE UU desde hace 40 años. Urgen una solución que incluya la despenalización a los consumidores y una rebaja de las penas a los pequeños traficantes. Además, piden que se regule el consumo del cannabis sin excluir otras sustancias a posteriori.
"La política de lucha actual alimenta el crimen organizado y la violencia", dicen
Entre 1998 y 2008, el consumo de opiáceos subió un 34,5%, de los 12,9 millones de adictos hasta los 17,35 millones, según la ONU. La cocaína lo hizo un 27% en esa década, hasta un total de 17 millones de consumidores. El cannabis lo hizo un 8,5% y ronda los 160 millones de consumidores.
"Empecemos tratando la adicción como una cuestión de salud, reduciendo la demanda a partir de iniciativas educativas o regulando el consumo de cannabis", destaca Fernando Henrique Cardoso, expresidente de Brasil, que urge reformas fundamentales y una renovación de concepto en la política de lucha contra la droga iniciada hace medio siglo.
Una de las recomendaciones de este grupo, que presentan en un informe hoy en Nueva York, está dirigida a poner fin a la penalización, marginalización y estigmatización de consumidores de drogas "que no son un peligro para otros". La acción represiva dirigida al consumo impide que se adopten medidas de salud pública para reducir el sida, las muertes por sobredosis y otras consecuencias del consumo de estupefacientes, afirman. Recomiendan que se ofrezcan tratamientos más allá de la metadona y la buprenorfina, como programas de asistencia con heroína.
España sigue la senda de otros países como Alemania o Canadá, donde la heroína se utiliza como medicamento compasivo -bajo la vigilancia de las autoridades-, y durante un proyecto de investigación, como el iniciado en 2003 en el hospital Virgen de las Nieves, en Granada. Allí, "23 de los 60 pacientes que empezaron ya se han desintoxicado", indica Joan Carles March, director del programa, informa Laura Contreras.
Los líderes animan a los Gobiernos a que "experimenten" con modelos legales que permitan "minar" el poder del crimen organizado a la vez que se garantiza la seguridad y la salud de los ciudadanos. Esta recomendación se aplicaría al consumo de cannabis, donde ya se están dando algunos pasos en la despenalización, incluido EE UU.
"La buena noticia es que las políticas enfocadas en la regulación [que no es lo mismo que legalización] y la despenalización funcionan", señala el patrón de Virgin, Richard Branson. Se trata de "quitar el poder de las manos del crimen organizado", dice.
Los firmantes del informe remachan que "hay que respetar" los derechos humanos de los toxicómanos, "tratándolos como pacientes, no como criminales", subraya Branson. "Muchos son víctimas", recalca el informe. En él se considera que las políticas actuales "alimentan la violencia y el crimen organizado".
La ONU, señala la comisión, debería guiar este debate, para dar así cohesión a las acciones de los países. Y aunque acoge positivamente el cambio de tono de la Administración que preside Barack Obama y su apertura a otras alternativas, le pide que esa nueva retórica se plasme en una reforma real y use su influencia para sumar a otros países.
Experiencias de legalización
- Los 'coffee shop'. En Holanda está tolerada la venta al por menor y el consumo de cannabis en tiendas y cafés especializados. Algunas ciudades han tomado medidas para limitar el acceso a los vecinos y frenar el turismo atraído por esta droga.
- El porro terapéutico. En Estados Unidos varios gobiernos federados, entre ellos California, han regulado la venta de marihuana bajo indicación médica. Esto ha dado pie a una cierta industria legal del cannabis, que se receta para un abanico amplio de males. Sin embargo, la legalización del consumo recreativo se planteó en California a través de un referéndum pero no obtuvo la mayoría.
- Heroína como fármaco. Varios países, como Suiza y Holanda, dispensan de forma controlada heroína (inyectada, oral o inhalada) a drogodependientes que han fracasado con otros tratamientos como la metadona. En España se estudia ampliar a la oral en un futuro próximo.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Personalidades/mundiales/llaman/ensayar/regulacion/cannabis/elpepisoc/20110602elpepisoc_8/Tes
miércoles, 1 de junio de 2011
Why the Germans and French Prefer to Rent
http://solari.com/blog/?p=11423
Independent.co.uk
Why the Germans and French prefer to rent
View from the Continent
By Tony Paterson and John Lichfield
Tuesday, 31 May 2011
Englishmen may see themselves as king of their own castles, but the fact that Europe largely did away with its monarchies many years ago does not necessarily explain why those on the Continent are happier to rent, even if the situation is starting to change.
Property ownership in Europe: click here to download graphic (130k)
Germany has the greatest proportion of home-renters in Europe, and Germans still prefer to rent accommodation rather than own it. Only 39 per cent of the population own the homes that they live in compared with about 60 per cent in Britain. But that pattern is changing. Berlin is experiencing a boom in property buying: hundreds of recently renovated, turn-of-the-last-century apartments are being snapped up by wealthy Germans.
But as home ownership gradually increases, renting is still seen as a perfectly acceptable alternative, and is much more part of the fabric of German society. Rents controlled by local government and the reluctance of banks or housing associations to provide would-be home-owners with mortgages are among the main reasons for the Germans' preference for renting.
Unlike in Britain, Germany's more cautious banking system requires would-be home-owners to provide substantial guarantees of their ability to finance a loan before granting a mortgage. For many on low incomes or with little capital, owning a home has simply never been an option.
And even when the Germans buy, they often buy a plot of land and have a new home built from scratch rather than buying an old house. This is in part owing to lack of housing stock. Even in Britain, attitudes are changing, with more people buying up older housing and renovating it.
France likes to think of itself as a nation of owner-occupiers. But it is not. Only just over 50 per cent of French people live in their own properties. In Paris, the figure is less than one in three.
President Nicolas Sarkozy declared, Thatcher-like, four years ago that he intended to turn France into a nation of home-owners. He has failed. The proportion of owner-occupiers in France fell in the 1990s and crept up in the Noughties but has been pushed back by a boom in property prices in the past two years.
Even relatively well-off young couples now find it impossible to afford to buy a flat in Paris. The average asking price has just broken the €8,000-a-square-metre barrier for the first time. Unless you have a large lump sum of cash, you could never find a mortgage on a similar flat at a similar weekly price. Rents are also high – maybe €600 a week for 100 square metres in a reasonably good area – but annual increases have been held back by a change in the law since 2008.
As a result, renting a flat or house in France is still relatively respectable, even a normal state of affairs, especially in the big cities. There is no social disgrace to being a tenant in Paris or Lyon.
http://www.independent.co.uk/life-style/house-and-home/property/why-the-germans-and-french-prefer-to-rent-2291077.html?service=Print
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