"Y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina". Y el doctor responde: "¿Pues por qué no lo mete en un manicomio?". Y el tipo le dice: "Lo haría, pero necesito los huevos". Pues, eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, saben, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos." Woody Allen (Annie Hall)
jueves, 25 de marzo de 2010
Cine - El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas
La vida es ansí
Existen dos tipos de películas: las que saben de qué va la vaina de la vida y las que no.
En estas últimas podemos englobar las comedietas románticas, los happy end, los "si tú quieres lo conseguirás", películas llenas de candor y de infantilismo donde los personajes son dueños absolutos de sus vidas y siempre se merecen lo que les pasa, sea esto bueno o malo. Es cine maniqueo, estupidizado, alejado de la realidad.
Pero hay otro cine que está hecho por personajes inteligentes que sí saben de qué va todo este rollo de vivir: gente que habla de la incapacidad de mejorar, de la presión que ejercen los ambientes en que uno se cría, de la mala suerte, de la tendencia infinita del ser humano a cagarla, a equivocarse, a ser un juguete en manos de sus propias neuras.
Hay seres humanos que, al igual que las margaritas irradiadas con cobalto 60 en altas dosis, nacen rabicortos, mustios, abocados a un destino fatal. Como el de esas niñas irradiadas por su madre medio lista y medio loca que Joanne Woodward borda con maestría. Hay otras persona, en cambio, que al igual que las margaritas no irradiadas, crecen fuertes, santas, con inmensas posibilidades de comerse el mundo. Como esas compañeras del colegio más afortunadas...
El gran Newman no sólo era un gran actor y un tipo guapo: era alquien que entendía de la vida.
LeonNewman Leon (España)
www.filmaffinity.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario