La mirada triste
Tiene 27 años y siempre soñó con ser fotógrafo de naturaleza. Sus referentes eran los profesionales de revistas como 'National Geographic'.
Pero cambió de idea tras una visita a Perú en 2010. Fue solo. Y quedó tan marcado que desde entonces no concibe viajar en compañía. “Fui creciendo como fotógrafo y me fue interesando cada vez más la imagen de aventura y social. Y sobre todo, involucrarme con la gente”, explica.
Empezó a estudiar para hacerse profesional en 2010, pero dos años después abandonó. Lo que sabe es de puro autodidacta. En esta escena, José Antonio juega con unos niños en un barrio ilegal de chabolas de Lima. En las siguientes, comenta en primera persona una serie de retratos que ha tomado de menores bolivianos en las calles de Potosí, en Bolivia. Obras que hablan de lo que capta y de él mismo como artista y persona.
Quieren jugar
"En todos estos niños hay una seriedad que no corresponde con su edad, pero por dentro son lo que son y quieren lo que quieren: niños que quieren jugar. Con las mujeres que me paraba a hablar y a pedir permiso para fotografiarlos no tuve mucho trato, eran parcas en palabras, reservadas. Esta pequeña estaba sentada con su mamá y sus hermanas en la calle. Le dije a su madre que me parecía preciosa. Tampoco dijo nada".
Modelo por un día
Ella tenía dificultad para hablar bien el castellano, no me entendía muy bien. En un principio era muy vergonzosa, cuando le dije que posase como una modelo de la televisión para mí empezó a reírse sin parar".
Gracias José Antonio
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